Los vecinos de Buenos Aires tendrán paulatinamente la chance de comprar alimentos producidos por pequeños productores de todo el país en las ferias transhumantes que circulan por plazas y calles de la gran ciudad. Podrán reconocerlos porque estarán bien identificados y posiblemente hasta lleven un sello oficial que los identificara como “Productos de la Agricultura Familiar”.
Es la variante macrista del “comercio justo”, un movimiento que a nivel mundial intenta eliminar los intermediarios entre el pequeño productor y el consumidor final, y que generalmente son los que se llevan la parte del león, pues venden caro lo que pagan muy barato al productor.
Informó la Secretaría de Agroindustria que su titular, Luis Miguel Etchevehere, y el ministro de Ambiente y Espacio público de CABA, Eduardo Macchiavelli, firmaron en la Plaza Vicente López un Convenio de Colaboración que tiene por objetivo fomentar la participación de los pequeños agricultores en las ferias que organiza el gobierno porteño.
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“Este convenio beneficiará a los vecinos de la Ciudad, que cada vez son más los que eligen las ferias para hacer sus compras. Ahora tendrán para elegir otras opciones de alimentos, que provienen directamente de los productores de distintas provincias del país”, expresó Macchiavelli.
En un gobierno poco afecto a intervenir en los mercados o regular precios, este recurso intentará cerrar una brecha que según un relevamiento de CAME llega al 500% en el promedio de los alimentos. Esto es, por cada peso que pone el consumidor, el productor gana solamente 1 peso. Aunque la relación puede llegar, en algunos casos, a ser de 20 a 1.
“A partir de este acuerdo, el productor se beneficiará con un 15% de ganancia sobre la venta de la mercadería y el consumidor podrá comprar los productos a un costo 30% aproximadamente menor”, promete la gacetilla oficial con una precisión que preocupa. En todo caso, está bueno acercar las puntas.
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“Esta iniciativa beneficia tanto a productores como consumidores al promover la venta de productos frescos a precios económicos”, destacó Etchevehere. Los datos difundidos por su cartera indican que más de 160.000 personas realizan sus compras por semana en las 164 ferias y mercados de la Ciudad de Buenos Aires.
La experiencia, según el informe, arrancará este mismo verano, con una primera entrega de frutos tropicales que llegarán desde las provincias del norte. Habrá mango, banana, además de batata blanca, colorada, zapallo y carbón, entre otros productos.
Sucde que este primer acuerdo de colaboración entre dos gobiernos de signo macrista habilitó la firma de otro Convenio entre el Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad con la Cooperativa San Francisco Solano Ltda. de la que participan 420 productores frutihortícolas de Formosa. De esos, hay 146 que se dedican al cultivo de la banana.
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Se ve detrás de este acuerdo la mano de Julio Curras y otros funcionarios de Agroindustria ligados históricamente a la Federación Agraria, que el verano pasado comenzaron a buscar alternativas de comercialización para las bananas producidas en el norte, ya que por entonces se producía una graves crisis de sobreoferta de esa fruta al mercado local, que obligaba a los productores a regalar parte de su cosecha.
La venta de estos productos formoseños se encontrará habilitada a partir del 11 de febrero en las diferentes ferias de la ciudad.
A mediano plazo, algunos de estos productos podrían llevar incluso un sello identificatorio, para que los vecinos pueda tener constancia que forma parte de un comercio al menos un poquito más justo. La Subsecretaría de Agricultura Familiar emitió esta semana una resolución designando a los responsables en cada provincia de gestionar y autorizar el uso de ese sello de calidad, para que los productores minifundistas pueda hacer provecho de esa nueva herramienta.