Los “cepos” instrumentados por las autoridades del Banco Central (BCRA) para acceder a divisas destinadas a realizar importaciones están provocando problemas enormes en muchas actividades productivas.
Aunque usted no lo crea ahora podrían comenzar a faltar bolsas de polipropileno para empaquetar papas, entre otras hortalizas, porque los fabricantes están teniendo problemas para adquirir los insumos necesarios para su fabricación.
De esto da cuenta Simón Miguelez, un fabricante del sudoeste de la provincia de Buenos Aires que actualmente se sostiene por el stock de bolsas que pudo producir en 2020.
“Estamos a 60 días de terminar la cosecha de papa que empezó en diciembre del año pasado y me han permitido importar, de los tejidos con los cuales fabrico las bolsas para envasado, el 10% de lo que yo pretendo”, señaló Miguelez a Bichos de Campo.
Pero eso no es lo único que fabrica la empresa Envases Miguelez, ubicada en Comandante Nicanor Otamendi y que cuenta con 27 empleados en planta permanente. Se suman al catálogo las bolsas para granos, las “big bags” para contener materias primas como arena, las bolsas para cebolla y las utilizadas para la exportación de harina de pescado.
Al igual de lo que sucede con muchos otros insumos esenciales, para importar es necesario realizar ante las autoridades nacionales una proyección anual previa de lo que se espera producir y vender. En el caso de la empresa de Miguelez, la proyección anual realizada incluyó una estimación de crecimiento de un 25%, no sólo por el aumento de las ventas, sino también por el aumento del precio de la materia prima a nivel internacional.
“El grumo de polipropileno es un derivado del petróleo que se obtiene en estado gaseoso. El petróleo se destila en su mayoría para combustibles, y como el año pasado hubo poco consumo por la pandemia, las grandes empresas no destilaron petróleo para los derivados como el polipropileno. Eso elevó los precios de la materia prima en un 70%”, explicó el fabricante.
Sin embargo, aún con esos números, la solicitud de Miguelez no fue aceptada por el funcionario de turno que opera como “perro guardián” de las divisas que, irónicamente, se originan mayormente en la actividad agroindustrial. Incluso han visto demorada la importación de maquinaria que emplea la industria ante la lentitud en el otorgamiento de licencias de importación no automáticas. “Casi tuvimos que desistir de algunos negocios”, dijo el empresario.
El malestar se agravó más todavía luego de que Envases Miguelez enviara 56 reclamos consecutivos sin recibir ninguna respuesta de las autoridades del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación.
“Lo peor de todo es el silencio de cualquier ente oficial. Pasan 60, 90 y hasta 120 días, se vencen los plazos que ellos mismos disponen y no hay respuesta al reclamo. No nos permiten importar insumos básicos para la producción y, sin embargo, se permiten importar productos terminados. Los productos que nosotros hacemos generan mano de obra”, afirmó Miguelez.