Hace algunos años el debate por el calentamiento global y los efectos que genera pusieron al sector agropecuario en el centro del debate, dado que la agricultura y la ganadería pueden jugar roles muy importantes en este sentido.
Primero fue la ganadería, a quien se la señaló de perjudicial y nociva para el planeta, tomando como argumento la emisión de metano de los rumiantes, algo que permanentemente está puesto en discusión en ámbitos académicos y científicos, incluso donde expertos como Darío Colombatto afirman que “con las vacas se puede enfriar el planeta”.
Pero la agricultura goza de un prestigio para mitigar los efectos del calentamiento global, que hasta ahora no tuvieron los animales. Es que los suelos tienen la capacidad de almacenar el carbono que está presente en demasía en la atmósfera mediante la fotosíntesis de las plantas, y eso es algo sumamente positivo según la mirada científica.
Incluso el último congreso de Aapresid, la asociación de productores de siembra directa, puso en relieve este tópico, destinando buena parte del encuentro a llevar conocimientos y experiencias al respecto.
En ese sentido, uno de los paneles centrales sobre este tema en dicho encuentro estuvo protagonizado por Alicia Irizar, extensionista e investigadora del INTA Pergamino, quien cree que el productor agropecuario de nuestras pampas tiene mucho para aportar a este debate global.
En diálogo con Bichos de Campo, Irizar explicó que este debate arranca por cubrir un problema inmediato, que es mitigar el cambio climático: “Aumentan los gases de efecto invernadero a la atmósfera, y por lo tanto, se produce un proceso de calentamiento global del planeta”.
La investigadora aseguró que los científicos como ella y los productores tienen mucho papel en esta obra, reclamando incluso por algunas prácticas agrícolas y la participación en la generación de políticas públicas.
Sobre la cuestión agronómica, Irizar describió: “Muchos de los suelos de nuestra región, por ejemplo, en La Pampa Ondulada, el sistema de producción predominante no ha sido el más feliz. Se ha hecho soja, sobre soja, sobre soja, y los suelos se han degradado, han perdido carbono, han perdido nitrógeno. Por lo tanto, el potencial para volver a tomar ese carbono que está presente en la atmósfera, fijarlo en las plantas y devolverlo al suelo, es muy alto”.
A su vez, la extensionista de Pergamino profundizó en qué puede o no hacer el productor ante esta posibilidad de ayudar a mitigar: “Los productores hoy cumplen un rol fundamental, pero el productor solo quizás no puede lograr grandes cambios. Va a necesitar estar acompañado de políticas públicas determinadas por el Gobierno, la ciencia, de la gente, los extensionistas, y de los asesores para generar un cambio” graficó.
“Creo que hay que tener una mirada un poco más global y conjunta sobre cómo tenemos que hacer para aumentar las reservas de carbono y nitrógeno en los suelos, y reducir o mitigar un poco las emisiones hacia la atmósfera”, relató también Irizar.
Mirá la entrevista completa con Alicia Irizar:
– ¿Qué es lo que falta en materia de políticas públicas? ¿Qué es lo que se podría hacer para ayudar y potenciar este rol?
– Yo creo que es un mea culpa. Falta también involucramiento de los científicos con los decisores políticos, también de la sociedad, y de los productores. Todos tenemos que tener un rol protagónico y si las políticas públicas no están hoy, quizás tenemos que ir y pedirlas con datos, con información y con una necesidad del productor. Yo creo que tenemos que involucrarnos todos para lograr que los decisores políticos entiendan y puedan legislar en el sentido que sea mejor para el ambiente.
– ¿Crees que los productores agropecuarios asumieron este rol de protagonista en este modelo global?
– Sí, pero creo que no todos. Hay muchos que están muy ocupados, muy preocupados. Hay muchos que están muy ocupados, lo vemos acá en este congreso, los productores del grupo de Aapresid, o CREA que están atendiendo este problema, pero hay productores chicos que alquilan campo y que pagan el alquiler con quintales de soja. Producen con la moneda de pago, y los alquileres son de muy corto plazo. Entonces no piensan en alguna rotación o en algo que sea un poco mejorador. Y bueno, a esos hay que acompañarlos un poco más. Y yo creo que un sistema legislado de arrendamientos, también vendría muy bien para acompañar esta causa.
– Como especialista del INTA, ¿Cómo ves lo que hacen las grandes empresas que compran espacio para almacenar el carbono?
– Y en realidad todavía es muy incipiente este mercado de créditos de carbono. Pero yo no lo veo mal. Yo veo que es una oportunidad para el productor chico, para darle un plus o un valor agregado a lo que produce. Ahora son todos mercados voluntarios los que están funcionando. Son acuerdos entre privados. No se llegó a legislar algo a nivel nacional. Está en proceso, pero todavía falta un poco. Creo que para el productor es una oportunidad el mercado de bonos de carbono. Venderle a las empresas créditos de carbono y le da un valor agregado a su producción.
– Para las empresas es un poco lavar las culpas, ¿no?
– Claro, sí, en parte sí. Compensan parte de las emisiones que emiten durante los procesos industriales, la estarían compensando con los créditos de carbono. Y no lo veo tan mal, porque en realidad es como que estaríamos balanceando esos flujos de carbono que se secuestran y que van hacia la atmósfera.