A pesar de que estamos a casi un mes de la finalización de las sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación, los proyectos de ley no dejan de ingresar al recinto. La semana pasada, la diputada Mara Brawer, del Frente de Todos, presentó un proyecto para impulsar el cultivo de cáñamo industrial, una de las variedades del cannabis que nada tiene que ver con la de uso recreativo. La iniciativa cuenta con el apoyo de la Cámara Argentina del Cannabis y de legisladores no sólo oficialistas sino también de Juntos por el Cambio y del Interbloque Federal.
¿Qué busca el proyecto? Permitir y regular la producción de cáñamo de forma industrial y dar lugar a distintos proyectos productivos. En los fundamentos la iniciativa, la diputada señaló todos lo que se puede obtener a partir de este cultivo: fibras textiles, elementos de construcción, papel, cartón, refuerzos para el concreto y moldeado de autopartes, biocombustible, productos cosméticos y distintos suplementos para la alimentación, entre otros.
Como ya ha mencionado Bichos de Campo en otras oportunidades, el cultivo de cáñamo es más que porro o aceite medicinal, y para aquellos con reticencias a los compuestos psicoactivos que puede tener esta planta, el proyecto aclara en su artículo tercero: “Se considera cáñamo industrial a las semillas, plantas y partes de la especie cannabis sativa L., así como a sus extractos, que contengan hasta el límite máximo de concentración del componente químico delta9 tetrahidrocannabinol (THC), no pudiendo superar el 1%”. En criollo: con este cultivo no se va a drogar nadie, doña Rosa.
En este sentido, en diálogo con la revista THC Brawer dijo: “La idea de este proyecto es sacar al cáñamo industrial de la persecución penal de la ley de estupefacientes y desarrollar una industria en Argentina.”
Agregó que este tipo de producción abre puertas a nivel internacional y menciona en los fundamentos del proyecto, una lista de países que ya explotan este cultivo: Australia, Canadá, Chile, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Hungría, Italia, Japón, Holanda, Nueva Zelanda, Polonia, Portugal, España, Suecia, Suiza, Uruguay, entre otros.
Otro de los argumentos para apoyar esta regulación es su bajo impacto ambiental. La producción de cáñamo puede servir de sustituto de materiales contaminantes como plásticos y fibra de vidrio, en la producción de autos, y además no degrada la tierra al no requerir de la aplicación de agroquímicos para erradicar malezas o plagas. La diputada aseguró que su huella de carbono es negativa.
A pesar de que el cierre de sesiones está cerca –el 30 de noviembre-, el proyecto cuenta con gran apoyo y se espera que pronto gire a comisiones para realizar reuniones informativas con especialistas. En la Cámara de Senadores existe una iniciativa similar del senador oficialista Alfredo Luenzo, que le otorga al tema un mayor peso para ingresar en agenda.