En el ejercicio 2024/25 Rizobacter obtuvo un resultado integral de 22.433 millones de pesos contra 78.202 millones –comparados en moneda constante– generados en 2023/24.
La caída de la rentabilidad, según explicó Rizobacter en el balance de cierre de ejercicio, se explica por “un revés temporal como consecuencia de desafíos en el mercado argentino, principalmente vinculados al deterioro de la situación económica de los productores agropecuarios”.
Además, la empresa indica que “la disminución en la demanda, sumada a un mercado de insumos agrícolas con altos niveles de inventario producto de compras agresivas en ejercicios anteriores, generó una presión adicional sobre los precios y una menor adopción de tecnologías de alto valor”.
Casi el 90% de los ingresos se originaron en la Argentina, mientras que el 10% restante provino de Sudamérica, EE.UU., México, Sudáfrica y Francia.
La mayor parte de los ingresos se originaron en el rubro de protección de cultivos, el cual fue seguido en importancia por los negocios de nutrición y de semillas.
El balance además señala que “la situación financiera de la compañía (Rizobacter) se vio injustamente afectada por la incertidumbre generada por Bioceres S.A., subsidiaria de Bioceres Group Limited y anterior controlante de la compañía, que incurrió en junio de 2025 en el incumplimiento de una porción de su deuda financiera”.
El texto resulta llamativo porque, luego del impago de pagarés bursátiles registrado en julio pasado, voceros de Bioceres se apuraron por comunicar que la empresa en cesación de pagos no tenía ya vinculación alguna con Bioceres Crop Solutions Corp, que cotiza bajo el nombre de BIOX en el mercado estadounidense Nasdaq y es la controlante de Rizobacter.
“Este hecho –continúa explicando el balance– deterioró nuestra relación con entidades financieras locales, quienes, a fines de agosto 2025, suspendieron el acceso a líneas de crédito previamente disponibles, obligando a la compañía a depender exclusivamente del flujo de fondos generado por sus operaciones para afrontar sus compromisos financieros”.
En ese contexto, Rizobacter asegura que se encuentra “evaluando y ejecutando diversas alternativas para mitigar la situación financiera actual” y que “se ha avanzado significativamente en la optimización del capital de trabajo y en la adecuación de la estructura de costos a las condiciones actuales del mercado”.
“Asimismo, se mantienen conversaciones con entidades financieras locales para refinanciar pasivos existentes y restablecer la confianza, al tiempo que se analizan opciones de financiamiento a largo plazo o ampliaciones de capital en la sociedad controlante, Bioceres Crop Solutions”, añade.
De todas maneras, la empresa aclara que la “generación de flujos de efectivo suficiente para cumplir con nuestras obligaciones financieras durante los próximos doce meses dependerá del éxito de estas iniciativas, cuyo resultado no puede garantizarse dado que dependen de factores que no están completamente bajo el control de la compañía”.
Rizobacter pidió a Rabobank 20 millones de dólares para hacer frente al pago de capital de las ON Serie VIII por 16 millones de dólares. Ese préstamo estaba asociado al cumplimiento de indicadores financieros que fueron sobrepasados por la empresa.
En ese marco, el 5 de septiembre de 2025 Rizobacter llegó a un acuerdo de waiver y adenda al contrato por el cual Rabobank aceptó dispensar el incumplimiento de tales ratios para el ejercicio finalizado el 30 de junio de 2025.
“Sin embargo, dado que el waiver se extiende en fecha posterior a la del cierre de los presentes estados financieros, no podemos demostrar, al 30 de junio de 2025, un derecho incondicional para aplazar la liquidación del pasivo en al menos doce meses, hemos reclasificado el préstamo como pasivo corriente”, detalla Rizobacter.
La adenda, además del waiver, incluye como aspectos financieros más importantes nuevos límites progresivos para el ratio de Endeudamiento Financiero Neto sobre EBITDA, comenzando en 6.00x al 30 de septiembre de 2025 y reduciéndose gradualmente hasta 2.75x al 30 de septiembre de 2027; fija además un límite máximo de endeudamiento financiero bruto, que varía entre 105 millones y 130 millones de dólares trimestralmente; el impedimento de poder otorgar nuevos préstamos intercompañía (financieros, comerciales) que excedan los montos vigentes al momento de la firma del acuerdo, salvo que se provean los fondos de la controlante; y para los ejercicios fiscales que terminan en junio de 2026 y 2027, sólo se podrá realizar inversiones de capital para mantenimiento.