Diego Benítez es un ingeniero agrónomo que desde sus días de estudiante decidió correrse del uso de insumos químicos. Se embarcó en un proyecto propio llamado Agreening, para especializarse en un territorio en franco crecimiento: el asesoramiento y difusión de los insumos biológicos.
“Yo observaba que la agricultura convencional utilizaba una gran cantidad de principios activos químicos en horticultura y en cultivos extensivos, y no hay una receta mágica para todo”, dijo a Bichos de Campo.
Egresado de la Universidad Nacional de Luján, Benítez recorre el país asesorando empresas que quieren apostar a hacer una agricultura sin químicos. Nos lo encontramos trabajando en un emprendimiento hidropónico en Pablo Nogués, pero también asesora a productores de cultivos extensivos en medio de la pampa húmeda.
“Cada establecimiento tiene su problema y tratamiento puntual, por ende es imposible replicar los mismos tratamientos en todos lados. En la heterogeneidad está la estabilidad”, agregó el agrónomo.
Benítez explicó que en su empresa se ocupan de hacer la venta de bioinsumos, su distribución y el asesoramiento posterior de modo de generar una experiencia exitosa. “El interés suele surgir luego de hacer punta de lanza, porque ven que son tratamientos contundentes y que funcionan generando un beneficio”, aseguró.
Mirá la nota completa a Diego Benítez:
Benítez relató que en la facultad siempre le buscaba la vuelta a las enseñanzas que le daban los profesores. “Yo quería implementar tecnologías biológicas y sustentables para obtener alimentos más sanos, y en cada materia siempre buscaba el modo de generar controversias o polémicas por lo que nos explicaban y a la vez ya le buscaba la pata comercial”, rememoró.
Hasta que un día -a las 2 de la madrugada- surgió el nombre de su consultora. Contó que Agreening es la conjunción de tres palabras, verde, ingeniería y acuerdo. Hoy Benítez tiene incluso tres marcas registradas en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI).
“Empecé a trabajar en Coronda, Santa Fe, con la frutilla, en donde me recibió la familia Monti que decidió incorporar las tecnologías biológicas”, relató. Justamente la frutilla es una de las frutas que más mala fama tiene por toda la carga química con la que suele tratarse su cultivo. No se quedó solo con los cultivos intensivos sino que luego de especializarse y de obtener resultados con aquellos, pasó a replicarlos en cultivos intensivos como soja, maíz, sorgo, trigo, pasturas. Incluso trabaja en tambos con transición orgánica y en producción de carne.
“Hoy estamos por todos lados y encontramos una demanda muy puntual. Me llegan consultas de Salta o de Corrientes. Lo que pasa es que la mayoría va a lo convencional resolviendo un problema de modo rápido; en cambio solucionar un problema de un patógeno sobre una determinada hoja lleva mas tiempo”, manifestó.
Monitoreo de SOJA en Las Flores junto al ingeniero @pisonerosantiag . Excelente nodulación con MICORRIZAS y se viene….BIOBORO+ SUBTILIS Y PSEUDOMONAS🦠 pic.twitter.com/SAQ4D4QEfJ
— BIOLÓGICOS 🌾AGREENING ® (@BiologicosA) February 8, 2021
¿Cómo funciona alguno de sus tantos tratamientos biológicos? “Generamos un biofilm sobre cualquier superficie vegetal, el cual está formado por muchos microorganismos que son benéficos, los cuales a su vez compiten contra uno que es el que está generando algún tipo de daño sobre la hoja. Es como un equipo de 11 contra 1: lo rodean, no lo dejan crecer y lo terminan desplazando, e incluso en algunos casos lo matan. Y lo mejor es que en esos tratamientos no hay periodos de carencia. Es decir, vos inicias hoy el tratamiento y desde mañana podes vender tu producto”, describió.
El agrónomo incluso derribó aquella creencia general de pensar en microorganismos y tratamientos biológicos como un campo exclusivo de “hippies”, ya que que ahora entran en juego los laboratorios y hasta las empresas multinacionales.
“El de los biológicos es un campo de juego que se abre de modo cada vez mas rápido. Hay mucha tecnología y desarrollo detrás y los resultados son contundentes, porque no sólo controlan enfermedades sino que potencian crecimiento, aumentan rendimiento y generan renta al productor”, remarcó.
Ahora bien, para el agrónomo el juego se vuelve ciertamente mas complejo. “Tal vez tengas un poco mas de riesgos si no haces bien las cosas o si no entras en el momento oportuno, pero como yo digo, aplicamos ingeniera en la máxima expresión porque tenemos que tener en cuenta muchos mas factores que si usáramos las herramientas tradicionales”, admitió. También reconoció que pueden tardar un poco más en ver los resultados, pero éstos finalmente llegan.
“Acá pudimos controlar trips con estrategias biológicas y consideremos que el trip es una plaga muy difícil de controlar, pero nosotros lo logramos”. dice. Y sin utilizar agroquímicos.