Este jueves los precios de los futuros de aceite de soja en el CME Group (“Chicago”) registraron un alza intradiaria considerable ante rumores de una decisión política que favorecería el consumo interno de biodiésel en EE.UU., biocombustible que, tal como sucede en Brasil y la Argentina, se elabora en ese país mayormente en base a aceite de soja.
Los rumores hacen referencia a un cambio administrativo relativo a las gestiones de pedidos de excepción de RINs (Renewable Identification Number) por parte de pequeñas refinerías petroleras.
Los RINs (Renewable Identification Number) son una suerte de “crédito” que la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA) origina por cada tonelada de biocombustible utilizada por las refinerías para cumplir con el mandato oficial de corte de biodiésel o bioetanol con combustibles provenientes de fuentes fósiles. Los RINs pueden comercializarse, de manera tal que, si una empresa sobrecumplió la meta de corte, puede transferirlos a otra compañía que no se encuentre en la misma situación.
En la última década una normativa poco clara en la materia promovió un gran volumen de pedidos de excepción del cumplimiento de RINs que se fueron acumulando en las oficinas de EPA, gran parte de los cuales se judicializaron con fallos tanto a favorables como en contra de las refinerías.
Lo que sucedió este jueves no es una novedad: las cotizaciones de los futuros de aceite de soja en el CME vienen subiendo y bajando de manera abrupta en lo que va del presente mes ante versiones variadas sobre la decisión final de la EPA: mientras que algunos creen que será muy favorable para el sector agroindustrial, otros creen que no lo será tanto.
Hasta tanto se resuelva el interrogante, como si se tratase de un casino, los apostadores de una u otra versión se van turnando para hacer saltar por los aires o pegarle un golpe rotundo a los futuros de aceite de soja. Más allá de la volatilidad, el valor de ese commodity viene escalando fuerte desde que se conoció la favorable política de promoción de uso de biodiésel aprobada por el Congreso e impulsada por la gestión de Donald Trump.
La realidad es que, ante la ausencia de la demanda china –que no compró a la fecha una sola tonelada de soja estadounidense 2025/26– el consumo interno de biodiésel en EE.UU. es lo único que evita que los precios del poroto estadounidense se desbarranquen hacia el precipicio.
Los últimos datos oficiales publicados por el USDA muestran que el compromiso comercial de soja de EE.UU. de la nueva cosecha 2025/26 es de apenas 5,85 millones de toneladas, una cifra 22% menor a la registrada en la misma fecha del año pasado.