Por Nicolás Razzetti.-
Las lluvias este año complicaron una campaña triguera que, en el arranque, pintaba bien. El exceso de lluvias llevó a un recorte del área estimada inicialmente por los técnicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, pero se temen más pérdidas de área y de rindes.
El informe semanal de la Bolsa porteña destaca la mejora climática que permitió recomponer el estado del trigo implantado en las provincias de Buenos Aires y La Pampa, y también advierte que hay “regiones comprometidas por las inundaciones acumuladas durante el invierno” y que “el 33% de las 5.350.000 hectáreas incorporadas durante el ciclo 2017/18 aún presenta una condición de humedad excesiva, que si bien registró una mejora en los últimos días, continúa afectando el normal crecimiento y desarrollo del cereal”.
Martín López, uno de los ingenieros que elabora ese informe, comentó que “si mejora el clima y se puede entrar a los campos a controlar las enfermedades y a re-fertilizar los lotes, las pérdidas podrían menguar”.
Mientras hay expectativas de mejora, en el norte del país, en cambio, se observan señales de caída en los rendimientos. En tal sentido, López dijo que “habrá afectación en los rindes por la falta de precipitaciones. Estamos en el momento de llenado del grano y no hay suficiente agua en el perfil”.
En tanto, desde la bolsa porteña señalan que hay otro 45% de los lotes sembrados con trigo que se encuentran en condición hídrica entre óptima y adecuada, y que se concentra “principalmente en regiones del centro del país, donde la condición del cultivo es muy buena y se esperan rendimientos por encima del promedio zonal”.