El año 2023 arrancó con bajas generalizadas en los precios internacionales de los futuros de materias primas ante la perspectiva de una recesión global complicada por eventos geopolíticos disruptivos.
Kristalina Georgieva, máxima autoridad del Fondo Monetario Internacional (FMI), anticipó que este año un tercio de la economía mundial entrará en recesión a partir de la desaceleración de la actividad que se está registrando en EE.UU., China y Europa.
“Incluso en los países que no estarán en recesión, cientos de millones de personas sentirían que están en una”, advirtió la jefa del FMI durante una entrevista transmitida este martes por la cadena televisiva estadounidense CBS.
La situación presente en China –donde no abunda la información oficial–, nación en la cual se están empleando métodos coercitivos contra la población interna con la excusa de medidas sanitarias, no contribuye a moldear un panorama auspicioso.
En ese mismo programa de la CBS entrevistaron a Herbert Raymond McMaster, ex asesor de seguridad nacional durante la gestión de Donald Trump, quien manifestó que el presidente Xi Jinping está “preparando al pueblo chino para la guerra y que ha “dejado bastante claro”, a través de declaraciones recientes, que sus planes para anexar a Taiwán no son una broma.
“China se ha vuelto cada vez más agresiva, no solo desde una perspectiva económica y financiera, además de una actitud diplomática coercitiva, sino también físicamente a través de la presencia militar”, alertó McMaster.
Las crecientes tensiones existentes entre China y Taiwán podrían derivar en un conflicto de grandes proporciones entre la potencia asiática y EE.UU., lo que trastocaría buena parte de los flujos logísticos y comerciales a nivel planetario. Ese temor es el que explica la “retirada” que vienen emprendiendo desde mediados del año pasado grandes fondos de inversión y corporativos en los mercados de futuros de commodities.
Mientras que China considera que Taiwán es parte del territorio propio, EE.UU., si bien en los “papeles” acepta el concepto de “una sola China” reclamado por Beijing, en los hechos no acepta la intervención de China en el gobierno de Taiwán.