“El sector agrícola no genera muchos puestos de trabajo y no son de los mejor remunerados tampoco”. Así lo indicó la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, durante una entrevista concedida anoche al canal C5N.
Se trata de una afirmación poco afortunada para una nación, como la Argentina, cuya base económica está estructurada en la matriz agroindustrial.
Los datos del balance cambiario del Banco Central (BCRA) muestran que el sector agropecuario provee las divisas necesarias para que la mayor parte de los rubros económicos puedan desarrollar sus actividades y, por lo tanto, generar empleo.
Lo ideal, por supuesto, sería que la función de “proveedores de divisas” sea realizada por varios sectores, de manera tal que, si sea cae uno, otros puedan compensar ese déficit. Sin embargo, la responsabilidad principal –hasta que no aparezcan condiciones para poder desarrollar rubros alternativos– recae completamente sobre el agro.
Las estadísticas públicas permiten diferenciar tres grandes sectores ligados al agro, el primario, el industrial y el proveedor de insumos, los cuales, en conjunto, emplean a casi 810.000 personas en el ámbito privado, una cifra equivalente al 12,3% de los empleos formales registrados en el tercer trimestre de 2022 (último registro oficial).
Por supuesto, se trata sólo de una aproximación limitada, porque existen muchos otros rubros que también dependen de la actividad agropecuaria, como es el caso de los 151.987 trabajadores registrados en el sector de transporte de cargas, que en gran parte se dedican al transporte de productos agroalimentarios. O de los 25.146 empleados de automotrices, una porción de los cuales se dedican a fabricar camionetas de uso agropecuario. La lista es muy extensa.
Existen diferentes aproximaciones para poder estimar la cantidad de trabajos ligados al agro en la Argentina, una de las cuales fue realizada por la Fundación FADA el año pasado con datos de 2020, que calculó que existen 3,79 millones de personas trabajan en el campo o para el campo en diferentes cadenas agroindustriales.
Otra manera de estudiar la cuestión del empleo generado por el agro es visualizarlo en función de la relevancia territorial del mismo, tal como hizo un trabajo llevado a cabo por IERAL-Fundación Mediterránea.
Respecto de lo que dijo CFK:
El agro es el 1er generador de empleos del sector privado formal en el 30% de los departamentos del país.
En Santa Cruz es el 0% (no hay mucho agro).
Los ataques al sector ¿serán por desconocimiento o por espinas del pasado que siguen clavadas? pic.twitter.com/VUL1cSnT3k
— Juan Manuel Garzón (@Jgarzon02) May 19, 2023
En lo que respecta a los salarios presentes en el agro, si se consideran los 38 rubros que es posible diferenciar en las estadísticas públicas, es factible advertir, con el último dato oficial disponible (diciembre 2022), que la mitad está por encima del promedio y la otra mitad por debajo.
En función de la evidencia disponible, afirmar que el agro “no genera muchos puestos de trabajo” resulta temerario, dado que sin el aporte del sector, ya sea a través de las divisas aportadas como por la generación directa o indirecta de empleos, la viabilidad económica y social estaría muy comprometida.
La Vicepresidenta hablo de trabajos directamente relacionados a las commodities, si se fijan bien, en el listado de promedio de sueldos, los más altos son “Fabricación de abonos, plaguicidas, productos químicos agropecuarios, cervezas, aceites, papel, cartón, maquinaria agropecuaria” en cualquier parte de mundo eso es industria manufacturera, no es actividad primaria o extractiva; en contraposición los más bajos son “Cultivo de hortalizas, legumbres, cereales y oleaginosas” o al menos por debajo del promedio, ahí si hablamos del sector primario.
Me llama la atención que las Instituciones Agrarias no sepan que cuando una materia prima es modificada de su estructura básica pasa a ser una manufactura a través de un proceso industrial. A medida que el material se diferencia cada vez más de su composición o estructura original adquiere valor agregado, mas gente trabaja en el proceso y aumenta la calidad de los empleados (formación académica). Por eso la fabricación de papel, maquinaria agrícola, pesticidas o tejidos NO SON actividades primarias, en tal caso la industria de semiconductores seria actividad primaria “vinculada a la extracción de silicio”…
Es obvio que Cristina se refería a los peones rurales y todo un grupo de personas que trabajan DIRECTAMENTE en el campo, pero bueno, mezclan informaciones en un intento de propaganda goebbeliana para confundir.
En otro punto, Argentina tiene un PBI actual, cada vez más bajo, vinculado a la destrucción de la industria en beneficio de un proyecto nacional basado exclusivamente en commodities agrícolas o mineras.
Si los principales ingresos estuvieran ligados a la Industria y la Tecnología el PBI seria 4 veces mas grande, es cuestión de comparar con países como Corea del Sur, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Canadá o Australia, mas o menos similares en cuanto a población y/o territorio pero con economías Industrializadas y en consecuencia mas grandes.