Diego Ochoa, un muy pequeño productor de Oliveros, en el sur de Santa Fe, envió a Bichos de Campo el texto de una carta que escribió para el ministro de Economía (y Agricultura), Sergio Massa, contando con lujo de detalles la desesperada situación que viven los chacareros tras estos duros meses de sequía. Y sobre todo pidiendo solidaridad y ayuda. Las fotos son de sus cultivos. Compartimos el texto completo:
Al señor Ministro Sergio Massa, al Presidente de la Nación o a quien corresponda:
Buenos días, acorde a la situación en la que estamos inmersos la mayoría de los pequeños productores o pymes agropecuarias, quisiera contarle un poco mi situación y la de varios de mis vecinos, y pedirle que nos dé una mano.
No queremos desaparecer, no quiero desaparecer como pequeño productor.
Paso a presentarme, mi nombre es Diego, productor agropecuario de la zona de Oliveros, provincia de Santa Fe. Tengo 15 hectáreas heredadas por mi abuelo y alquilo otras 37 a mi familia.
Hace 6 años que vivimos las incertidumbres climáticas, las cuales este año nos dieron el golpe final. En estos últimos 6 años junté cuatro declaraciones juradas, tres de emergencia y una de desastre. No sirvieron para nada, solo para poder atrasarnos en el pago del inmobiliario.
El crédito a tasa subsidiada que nos dio la provincia de Santa Fe en el 2022, por medio del Banco de Santa Fe, no suspende los pagos, tengo una cuota que vence en junio, la cual me dijeron que tengo que pagarla.
Estas ayudas tienen gusto a poco, las cuales no sirven de nada para afrontar semejante desastre.
Trate de hacer tramites en el Banco Nación para acceder a algún crédito con tasa blanda. Yo no soy socio del mismo, por ende, nunca me permitieron a acceder a dichos créditos.
Vuelvo un poco en el tiempo.
Luego de la pandemia, sumada a la sequia del 2019, decidí no pagar más los aportes en AFIP y genere una deuda de 15 meses. En el año 2021, no me dejaron generar cartas de porte por ese motivo. Mientras tanto, las oficinas de AFIP cerradas o con atención restringida.
Para mi contador fue muy complicado solucionar ese problema. Nadie nos decía el por qué, hasta que después de un mes y medio de insistencia, el jefe de la seccional Rosario de AFIP le informo cual era el problema y lo “obligo” a realizar un plan de pagos por esos meses adeudados para destrabar la situación y poder generar Cartas de Porte, que como usted sabrá son indispensables para poder sacar los granos del campo.
Perdí ese mes y medio con el cultivo ya seco en el campo. La merma de mi producción por ese “imprevisto” fue del 25%.
Yo sé de mis obligaciones, pero no entiendo la metodología que se uso para obligarme a pagar. Creo que la solución más lógica hubiese sido dejarme generar las Cartas de Porte, yo poder sacar la mercadería y luego no dejarme vender hasta no solucionar mi situación.
También a finales del 2020 el gobierno dio una compensación a los pequeños productores, las cuales a mí nunca me llegaron, y eso no es lo más triste, lo más triste en que nunca me dijeron el porqué.
Estos últimos tres años fueron terribles, negociando con los proveedores, negociando con la familia como pagar el alquiler, y tener que vivir. Por eso, llegamos a una situación en que no podremos seguir sin una ayuda del Estado.
En estos veintitantos años de retenciones el campo aporto más de 200 mil millones de dólares, el equivalente al Plan Marshall que se utilizo para reconstruir Europa. Y acá no pudimos siquiera hacer rutas decentes y miles de chicos siguen sin poder comer y otras tantas miles de familias bajo la línea de la pobreza.
Es una sucesión de malas decisiones políticas que se tomaron en conjunto desde el 2001 en adelante.
Yo no coincido con su pensamiento político, ni su forma de obrar en muchas de las situaciones que le o les toco vivir como gobierno. De todas formas, creo que podemos convivir en paz. Y lo respeto. Y tenemos que trabajar todos a la par con proyectos a largo plazo para poder construir algo en serio, sin importar los colores políticos.
Por mi parte, siendo un pequeño productor, pague las mismas retenciones que uno de 500 hectáreas, o de 1000 hectáreas o de terratenientes agropecuarios.
Luché, hice rotación, cuidé la tierra, fertilicé, miro entre 60 y 70 veces por día el pronóstico, trabajé junto con los ingenieros para buscar las mejores semillas y tecnologías que se adapten a esta situación, jugamos con distintas fechas de siembra, etcétera. Pero no se pudo, la falta de lluvias, heladas, el año pasado la piedra, el calor extremo que tenemos y sin agua en el perfil, rompieron todos los esquemas.
Ya las decisiones tomadas no importan cuando no llueve.
Mis aportes al país en estos 20 años fueron de más de 150.000 dólares, los cuales no tengo ni idea de en dónde están. Con ese dinero, invertido en otro lado, tal vez hoy tendría otras reservas para poder afrontar esto.
Yo hoy necesito 20.000 dólares para poder pagar todo, alquileres incluidos, y que AFA (Agricultores Federados Argentinos) me vuelva a prestar para afrontar una nueva campaña. Tampoco le pido que me lo regale, pero que tal vez, me lo pueda prestar y tal vez, podamos pagar mitad cada uno, mitad el Estado al cual yo ayude cuando lo necesitaba, y sigo ayudando, y mitad yo. Socios en las buenas y en las malas.
Yo no pido plata para cambiar la chata, o para comprarme un tractor o para irme a Europa o para comprar un departamento en Punta del Este. Pido esta ayuda para poder seguir produciendo.
Yo necesito esta ayuda, urgente, no diluida en burocracia, y tal vez, me lo puedan prestar a 10 años, entonces viviría con el cuchillo un poco más lejos de la panza, como decimos por estos pagos.
No me molesta el pago de retenciones, ya no. Es como que ya podemos hacer nada con eso. Lo que me molesta es no saber dónde van, en dónde están…….. Y de que no hayan hecho una segmentación de la misma. El más grande tiene más espalda para afrontar estos eventos.
Creo también de que con esta situación que estamos atravesando, que insisto, no es solo un año, es una sucesión de desastres climáticos, nos debería servir para hacer un nuevo planteo hacia el futuro y que el Estado guarde parte de esas retenciones para trabajar junto con las aseguradoras y poder gestar un seguro multiriesgo.
O gestionar un gran pool de productores que quieran poner 1/2/3 quintales o lo que sea cuando tengan buenas cosechas para ayudar al que le fue mal. Yo pondría esos quintales en las buenas cosechas.
Yo me crié con mi abuelo, de esos que vinieron de Italia en los años 50, y que con su trabajo forjaron la Nación, esos que por más que tenían el Fiat 600 con la cortadora de pasto, los cardos los sacaban con la pala. El me enseño a cerrar un trato o un negocio con un apretón de manos, lo bueno y lo malo de mi persona, se lo debo a él.
Esta carta que le estoy mandando se la debo a él, a su memoria. Carta, la cual, todavía no tengo ni idea de cómo hacérsela llegar y tampoco tengo la certeza, de que si le llega, la va a leer.
Trate de expresar la necesidad y la realidad de muchos colegas y amigos. Los cuales me dicen de que el Estado no nos va a ayudar, pero yo tengo fé de que si. Que en algún momento las cosas van a cambiar y van a hacer lo que deben hacer, y en este caso lo que deben hacer, es ayudarnos a no desaparecer.
Creo que no me queda mucho más para escribir. Creo no haber olvidado nada.
Ojala esto le llegue a usted y pueda hacer algo. Y ojala las próximas líneas que le escriba, sea para agradecerle.
Saludos. Diego Ochoa.