Las autoridades del equipo económico están “amarrocando” divisas para poder pagar la factura energética del presente año, la cual, debido al nuevo escenario geopolítico planteado por el conflicto ruso-ucraniano, vendrá con aumentos sustanciales.
Se estima que en 2022 Argentina deberá destinar unos 13.500 millones de dólares para importar GNL, gas natural de Bolivia, gasoil y fuel oil para usinas y transporte, además de naftas para vehículos. La contrapartida de eso es que muchos sectores económicos no consiguen insumos, piezas y repuestos importados porque no se habilitan las divisas para poder traerlos al país.
La buena noticia es que, parte de esa factura gigantesca, puede reemplazarse con un producto totalmente fabricado en el país. Se trata del biodiésel elaborado con aceite de soja, el cual, además de poder mezclarse con el gasoil de origen fósil, se puede usar en muchos motores en un 100%.
En ese contexto, todas las Bolsas de Cereales y de Comercio de las diferentes regiones productivas argentinas –que integra a toda la cadena agroindustrial– solicitaron al gobierno nacional que establezca una norma para que, más allá del corte obligatorio vigente del biodiésel con gasoil del 5%, las empresas mezcladoras puedan usar el biocombustible hasta un máximo del 20%.
“Este adicional deberá ser consecuencia de mercado libre de oferta y demanda en la que podrán participar todas las empresas productoras de biodiésel registradas en Argentina, de manera de asegurar el abastecimiento en las mejores condiciones posibles de calidad y precio para el consumidor”, indicaron por medio de un comunicado conjunto.
Ante el notorio y problemático faltante de gasoil que se está registrando en la Argentina, se indicó que la agroindustria “está en condiciones de responder a este importante desafío a través de una sustitución rápida de importaciones de combustibles utilizando los biocombustibles”.
La capacidad de elaboración anual de biodiésel argentina es de 3,9 millones de toneladas, la mayor parte de la cual está concentrada en la provincia de Santa Fe, donde se integran con las empresas de molienda de soja. Increíblemente, el sector aceitero tiene actualmente un 60% de capacidad productiva ociosa.
“Los estándares vigentes para la producción de biodiésel establecidos para un corte del 10% y las experiencias en su uso puro, muestran el potencial técnico del producto para sustituir al gasoil en el transporte. Incluso se cuenta con experiencias exitosas del uso del biodiesel puro B100 en flotas de camiones y buses de transporte de pasajeros”, explicaron las Bolsas.
“En este sentido, incrementar la utilización de fuentes de energía renovables producirá beneficios para el medio ambiente y la salud humana. Dado el compromiso de Argentina de avanzar en la reducción de gases de efecto invernadero (GEI) y alcanzar la carbono neutralidad hacia 2050, este factor no debe soslayarse”, añadieron.
Menos contaminación. Menos sangría de divisas. El incremento de uso de biodiésel, además, permitiría fomentar el agregado de valor y el empleo argentino.
“Una mayor utilización de biodiesel redundaría también en un importante aporte a la salud de las cuentas fiscales, dada la sustitución de importaciones que traería aparejada. Nuestro país cuenta con disponibilidad de materia prima y capacidad de producción de biodiesel para sustituir más de un millón de toneladas de importaciones de gasoil, con un producto 100% de fabricación nacional”, finalizó el comunicado de las Bolsas de Cereales y de Comercio del país.
Comunicado Biodiesel Bolsas