No conocer cuestiones agronómicas básicas y estar al mando de la política económica es algo muy poco recomendable.
El gobierno acaba de lanzar un “fideicomiso cerealero” que, en los hecho, representa una “retención encubierta” adicional para el trigo, mientras que referentes del kirchnerismo están solicitando a Alberto Fernández que incremente la alícuota vigente del derecho de exportación sobre el cereal (actualmente del 12% del valor FOB).
Todo eso sucede, casualmente, mientras que los productores argentinos están en pleno proceso de definición de la campaña agrícola invernal 2022/23.
La cuestión es que, gracias al “planchazo” generado por la intervención oficial, que incluye además una cuotificación de la exportación y un “toqueteo” constante de los precios FOB oficiales, los valores del trigo 2022/23 –por comercializar a partir de diciembre de 2022– ya están en el mismo nivel que los precios de la cebada forrajera: entre 290 y 300 u$s/tonelada.
Hoy estuve en #HoraPico con @aleberco en @C5N conversando sobre la necesidad de crear instrumentos que nos permitan proteger el mercado interno de alimentos esenciales y desacoplar los precios locales de la volatilidad de los internacionales. pic.twitter.com/pkPouVJmWe
— Roberto Feletti (@RobertoFeletti) March 4, 2022
La cebada forrajera, además de ser un cultivo que tiene un costo más barato que el trigo –aspecto crítico con el valor actual de los fertilizantes– tiene una enorme ventaja agronómica al cosecharse antes que el trigo y brindar la posibilidad de realizar un cultivo posterior de soja de segunda mucho más seguro y estable en términos productivos.
Un aspecto central en las decisiones de siembra es que, si antes del inicio de la campaña el gobierno ya avanzó sobre el trigo con varios “tanques”, muchos productores se preguntan qué otras sorpresas “bélicas” podrían venir en camino cuando el cultivo esté implantado y el margen de acción se reduzca a cero.
Vale recordar que, por un criterio de precaución, es poco recomendable tomar forwards por más del 60% de la producción potencial proyectada. El otro 40%, es cierto, puede cubrirse con futuros y opciones de trigo del Matba Rofex, que permiten fijar precios sin la obligación de entrega de la mercadería, pero se trata de una alternativa disponible para aquellos empresarios profesionales.
Adicionalmente, si el clima acompaña y finalmente la cosecha obtenida resulta tener propiedades para ser comercializada como cebada cervecera, entonces el planteo se torna mucho más atractivo.
En ese contexto, la aceleración de ventas forwards que se vienen registrando en los últimos días de cebada forrajera –especialmente en las sudoeste, sur y sudeste de Buenos Aires– podría estar indicando que se viene una reducción de área de trigo 2022/23 en la principal región cerealera de la Argentina.
No es casual que a la fecha los exportadores argentinos hayan registrado ya embarques de cebada forrajera 2022/23 por 360.000 toneladas, una cifra inédita para esta época del año.