El negocio agrícola se desdibujó de manera acelerada y los números de la campaña 2024/25 no pintan nada bien con precios de los granos decrecientes, costos en alza, financiamiento caro y tipo de cambio sobrevaluado. Un combo complejo para la actividad.
En ese marco, Diego Sánchez Granel, gerente general de Man Agro, empresa de inversiones agrícolas que siembra unas 60.000 hectáreas en diez diferentes regiones agrícolas argentinas, cree que el negocio experimentará cambios importantes a partir de la próxima campaña.
“En la campaña 2023/24 la mala noticia es la caída de los precios internacionales. La comercialización de granos es baja para esta época del año”, comentó Sánchez Granel.
“El gran problema es que no hubo condiciones óptimas en el lo que respecta al tipo de cambio para cobrar forwards o canjes, porque existe una diferencia importante entre el tipo de cambio oficial (BNA comprador) y el denominado ‘dólar exportador’. Eso hizo perder oportunidades de fijación de precios”, añadió en un artículo publicado por Contenidos CREA.
El gerente general de Man Agro explicó que cubrió la mitad de la cosecha prevista 2023/24 con los precios vigentes antes del bajón experimentado en las últimas semanas. Y que logró una muy buena campaña de trigo tanto en producción como en precios de venta. Sin embargo, no es la situación de la mayor parte de las empresas agrícolas argentinas, las cuales, con los precios actuales, es muy probable que no puedan capitalizarse este año.
“En esa coyuntura, luego del desastre productivo 2022/23 y con márgenes nulos a escasos en 2023/24, es necesario tener en cuenta la necesidad de financiamiento en cada caso. El análisis es que, considerando el costo del financiamiento, en muchas situaciones comienza a no ser atractiva la inversión en el sector. En nuestra caso, como nos financiamiento con inversores, dependemos de qué negocio le podamos proponer a los inversores”, remarcó.
Para 2024/25 Man Agro proyecta un trigo con un precio promedio de 205 u$s/tonelada, una soja de 270-280 u$s/tonelada y un maíz de 170-175 u$s/tonelada; se trata de valores –con referencia Rosario– similares a los actuales.
“Con esos precios y sin cambios en los valores de arrendamientos en qq/ha de soja, el margen bruto proyectado cae en torno a un 70% respecto del ciclo inmediato anterior. No se observa una baja de costos de agroinsumos y el uso de fitosanitarios viene creciendo en línea con los problemas de malezas resistentes –agravados por la pérdida de cobertura generada por la sequía 2022/23– y la presencia de isoca en vastas regiones productivas. En lo que respecta a los fletes, el valor quedaría en un valor promedio en términos históricos”, explicó Sánchez Granel.
El empresario indicó que, en términos históricos, una vez canceladas todas las cuentas, el monto obtenido por el negocio retribuía en dos tercios al factor tierras y el tercio restante al capital, mientras que el proyectado del ciclo 2024/25 muestra una retribución de apenas el 15% para el capital.
“Eso representa un desarbitraje enorme para el negocio agrícola. Por ese motivo, no creemos que en la próxima campaña se puedan mantener los valores de arrendamientos abonados hasta el ciclo anterior. Dependiendo de la zona, deberían ajustarse entre uno y dos qq/ha de soja”, anticipó.
“El mercado de alquileres se fundamenta en expectativas y el resultado de la campaña anterior. Y ninguno de ambos factores son alcistas. Por otra parte, no aparece en el horizonte un escenario alcista para los precios de los granos. La lógica es que se ajuste el mercado de alquileres”, añadió. Tampoco hay que olvidar que, para colmo, se proyecta una nueva fase ENSO “La Niña” para la próxima campaña.
El único factor alcista es que, como no se terminó de sincerar la brecha cambiaria, ingresen al negocio agrícola capitales que busquen obtener un diferencial cambiario en caso de que se unifique el tipo de cambio al momento de la cosecha 2024/25.
“La macroeconomía internacional no ayuda. Los fondos agrícolas que operan en el mercado de futuros de Chicago (CME Group) están muy vendidos (“bajistas”) en contratos tanto de soja como de maíz. Queda mucha agua por correar aún, pero con la foto de hoy el negocio tiene muchos interrogantes. La gran incógnita interna es cómo será la evolución del tipo de cambio”, apuntó.
Sánchez Granel, por último, se mostró preocupado por la sostenibilidad de los sistemas agrícolas, al considerar que “el negocio del maíz tardío, que representa la mayor superficie argentina del cereal, es inviable con los costos actuales. Las rotaciones requieren un aporte sustancial de maíz para brindar rastrojos adecuados al cultivo de soja; sin eso, el esquema agronómico y, por ende, el negocio se torna insostenible”.
“Eso me preocupa mucho. Ojalá que en el gobierno se entienda que es esencial favorecer al maíz para evitar un descalabro. En campañas tan complicadas como la 2022/23, fue notable la diferencia de rendimientos entre los sistemas bien trabajados respecto de aquellos que no realizan buenas prácticas agronómicas. Por eso dañar la sostenibilidad pone en riesgo todo el negocio agrícola”, resumió.
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Man Agro junto a otros pooles financieros (Grobocopatel) son los que provocan el alza desproporcionada del precio de los alquileres. En cuanto a las rotaciones es claro que lo financiero es de.corto plazo y la biología de largo plazo. El modelo de pool financiero es pernicioso para la salud de nuestros suelos y la supervivencia de genuinos productores agropecuarios medianos. A los chicos ya los desaparecieron.
Coincido , el tema es complejo , es una cuestion de mercado , falta agregar cultivos que no tienen retenciones y cuestiones financieras y crediticias.Aca se ha descuidado el suelo responsabilidad del propietario tambien que no le importa demasiado.
Argentina es el único país que tiene que tener doble renta, el propietario que arrienda y el productor , o se ajustan los alquileres o la agricultura es inviable
En lugar de invertir en tecnología ,rotación ,fertilización toda la inversión va al propietario del campo, hay que cambiar esto