Ante el contexto internacional desfavorable y la dificultad de los precios internos en seguir el ritmo del dólar, la soja y el maíz han deteriorado su poder de compra en el último año en un 7% y 1,6% respectivamente. En cambio, el trigo mejoró su relación insumo-producto en un 7,2%, según indicó un informe elaborado por la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCC).
Recuerda ese informe que el precio de los granos retrocedió en el mercado disponible en Rosario en el último año, siendo el maíz y la soja los más perjudicados, con caídas del 5,6% y 4,2% respectivamente. Adicionalmente, el aumento de los precios en pesos no pudo ajustarse al ritmo del dólar, que pasó de 38,5 pesos en septiembre de 2018 a un valor de 56,5 pesos un año después. Es decir, la devaluación llegó al 46,5%.
En este contexto, el poder de compra del maíz y la soja ha caído, haciéndose notar en que debe ser mayor la cantidad de producción de esos granos necesaria para adquirir una misma canasta de insumos. La relación insumo-producto es un indicador relevante en este época de siembra de granos gruesos.
La soja claramente fue la más perjudicada, con un deterioro en el poder de compra promedio del 7%. Para la compra de glifosato y las semillas se necesitó en septiembre de 2019 un 43,6% y 4,4% más de grano relativamente que un año atrás.
Por otro lado, el costo relativo del gasoil o fosfato monoamónico disminuyó, reflejándose en que se necesita una menor cantidad de la oleaginosa para adquirir la misma cantidad de productos, con 8,6% y 7,7% menos respectivamente.
Para el caso del maíz ocurre algo similar, siendo el glifosato y las semillas los insumos que más se encarecieron con respecto al valor del cereal, llegando a incrementos de 45,7%, y 5,9% respectivamente. Por otro lado, el fosfato monoamónico, el gasoil y la urea mejoraron su relación y se necesita de 9,5% a 5,8% menos de grano para su adquisición.
Los aumentos en la relación insumo-producto obedecen tanto a la caída en los precios de los granos como al incremento del costo de glifosato, que pasó de costar 240 dólares los 100 litros en septiembre de 2018 a costar 330 dólares para el mismo mes de este año. Al ser uno de los principales insumos para el cultivo de soja, contribuyó al detrimento del poder de compra de los granos.
Por otro lado, el trigo fue beneficiado con el cambio de los precios relativos, con un incremento del 7,2% en su poder de compra, debido a que su precio se mantuvo sin mucha variación con respecto a septiembre de 2018 y los insumos se abarataron en dólares. Si bien el glifosato incrementó su precio, el mismo tiene una menor incidencia en los costos al cultivar trigo que el resto de los granos, por lo que golpea con menor fuerza al cereal. Los insumos que más se abarataron fueron el fosfato diamónico y el gasoil, con bajas de 13,4% y 12,1% respectivamente, mientras que la urea también requirió 10,8% menos del grano.
Dijo el informe de la bolsa cordobesa que la relación insumo producto se encuentra en niveles relativamente bajos comparando con años anteriores, lo que genera un incentivo para aportar tecnología a este cultivo con el afán de mejorar su calidad comercial y aportar a la sustentabilidad de los suelos.