El INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) son los organismos descentralizados más importantes que dependen del Ministerio de Agricultura, e incluso lo duplican en personal y en posibilidades de hacer cosas concretas a favor del agro. Un mes y medio le llevó al ministro Julián Domínguez remover a las antiguas autoridades de ambos organismos para colocar allí gente más afín a su proyecto.
Este viernes se publicaron en el Boletín Oficial las designaciones formales de los nuevos vicepresidentes y vicepresidentes del INTA y del Senasa. Son el corolario de un proceso de cambio de funcionarios que Domínguez inició el 4 de enero, con el anuncio de quiénes serían sus secretarios de Agricultura, y de Bioeconomía y Alimentos. Por esas mismas horas se supo también del recambio en el INTA.
Ahora, 18 de febrero pero retroactivo al 5 de enero, se conoció la designación por decreto presidencial 83 del ingeniero agrónomo Mariano Dante César Garmendia en el cargo de Presidente del INTA. Es un técnico tucumano, que responde directamente al jefe de Gabinete, Juan Manzur, y que reemplazará a la científica Susana Mirassou, que había asumido con el cambio de gobierno en diciembre de 2019.
Un decreto antes, en el 82/2022, el presidente Alberto Fernández y el ministro Domínguez designan también a una nueva vicepresidenta para ese organismo tecnológico, en una medida con una pátina leve de polémica: “Dase por designada, a partir del 5 de enero de 2022, a la doctora en Ciencias Biológicas Nacira Belén Muñoz con carácter de excepción a lo dispuesto por el inciso a) del artículo 6º del Decreto-Ley Nº 21.680/56”, dice la norma. Se refiere a que Muñoz, que es cordobesa y bióloga, no cumple con el requisito de provenir directamente de una carrera de las ciencias agrarias, como exige la ley del INTA.
En otro decreto publicado este viernes, el 81/2022, el gobierno también comenzó a oficializar los cambios en el INASE (el Instituto Nacional de Semillas), en este caso con fecha de corte el 13 de enero. Por un lado se acepta la renuncia del ex presidente Joaquín Manuel Serrano, a quien dos artículos más adelante se designa como vocal del Consejo Directivo del INTA en representación del Ministerio de Agricultura.
Pero ese decreto dispone además la renuncia al cargo de Vocal en el INTA que ocupará Serrano del médico veterinario Manuel Enrique Pedreira, quien actuaba hasta ahora como representante oficial.
Resta la designación formal como nuevo presidente del INASE de Obdulio San Martín, un ex ejecutivo de la semillera nacional Don Mario que fue convocado por el ministro de Agricultura para ocupar esa posición y desde allí tratar de reflotar el debate por la Ley de Semillas.
El último decreto publicado este fin de semana es el 80/2022, que muestra el resultado de la última rosca en resolverse a favor de Domínguez, la del Senasa, pues el desenlace se conoció recién el martes de esta semana.
En esa norma primero se acepta, a partir del 14 de febrero, la renuncia presentada por el ingeniero agrónomo Carlos Alberto Paz y la del ingeniero en Producción Agropecuaria Carlos Miguel Milicevic, a los cargos de presidente y vicepresidente del organismo sanitario. También se acepta la renuncia, a partir del 31 de diciembre de 2021, de la ingeniera agrónoma Diana María Guillén al cargo de jefa de la Unidad Gabinete del Ministerio de Agricultura.
Ya sin estorbos, Alberto y Julián nombraron allí, desde el 15 de febrero, a la mima Guillen en el cargo de nueva “Presidenta” del Servicio Sanitario nacional, y a continuación designan al médico veterinario Rodolfo César Acerbi, en el cargo de vicepresidente. A este profesional, que ya pasó por el organismo años atrás, le robaron un día de trabajo, porque extrañamente su nombramiento rige desde el miércoles 16.
¿Luego de estos decretos ordenando las cosas en Agricultura el Boletín Oficial está repleto de normas y resoluciones específicas sobre políticas y programas agropecuarios? No, la verdad es que no. Esto solo pone fin a un periodo de mes y medio en el que el Ministerio de Agricultura y sus organismos descentralizados estuvieron jugando a la rosca, en vilo por la definición de nuevos funcionarios.
Pero ahora que las vacaciones terminaron, quédense tranquilos que se pone a trabajar todo el mundo para recuperar el tiempo perdido.