Ha sido notable la recuperación de la Argentina triguera desde 2013, año en que las intervenciones de Guillermo Moreno en el mercado condujeron a la peor situación productiva en décadas. Un trabajo de la Bolsa de Comercio de Rosario, que coincidió con la realización del congreso TrigAr en Córdoba, recalcó esta magnífica recuperación con una frase: ” En el último quinquenio, Argentina duplicó la producción de trigo y triplicó sus exportaciones”.
De todos modos, los expertos de la BCR, Federico Di Yenno y Emilce Terré, creen que este proceso todavía no ha llegado a su techo. “Para la campaña 2019/20 se espera que la tendencia se profundice, alcanzando el volumen de cosecha y despachos al exterior más altos de la historia”, indicaron en el trabajo, que puede consultarse completo desde aquí.
Vamos por partes, insiste Jack el destripador. Primero la historia reciente del cultivo.
En este gráfico que resume la historia de los últimos treinta años del trigo, se observa un bajón de las siembras entre 2006 y 2015, que fue el periodo en el que talló Moreno, con sus recetas de altas retenciones y ROE (permisos de exportación) para el cereal. Menos siembras implicaron cosechas más chicas.
El peor momento correspondió a la campaña 2012/2013, donde la producción nacional de trigo apenas superó las 9 millones de toneladas y la exportación del grano cayó a 3,1 millones de toneladas.
Al año siguiente, en la campaña 2013/14 hubo una leve recuperación de la oferta triguera, hasta 9,5 millones de toneladas. Pero las exportaciones del cereal cayeron a un mínimos histórico de solo 1,6 millones, por falta de stocks suficientes. En ese momento, Brasil (que habitualmente compra de la Argentina no menos de 5 millones de toneladas anuales de trigo) nos quería matar.
Salta a la vista en este gráfico lo que ahora dicen los expertos de la Bolsa rosarina: la producción se duplicó (llegó a 18,7 millones de toneladas esta última campaña) y las exportaciones crecieron mucho más, tres veces en promedio.
Pero, y aquí lo importante, la BCR considera que todavía la Argentina no llegó a su techo productivo en trigo. Es de lo que se estuvo hablando en el Congreso TrigAr, realizado esta semana en Córdoba: dónde colocar los mercados para colocar excedentes que son abultados y podrían seguir creciendo.
Y es que en el análisis de los especialistas de la Bolsa de Comercio de Rosario, “las primeras proyecciones para la campaña 2019/20, que ha comenzado a sembrarse en los campos de la República Argentina, apuntan a un aumento de la superficie destinada al cereal. En combinación con una mayor inversión en el cultivo, ello augura un incremento de la producción al rango de los 21 a 22 millones de toneladas”.
Para hacer números más finos, Di Yenno y Terré asumieron que la cosecha próxima podría ser de 21,2 millones de toneladas, “la más alta en la historia”, a partir de una superficie sembrada de 6,8 millones de hectáreas.
En ese contexto, estimaron que los embarques podrían alcanzar los 13,7 millones de toneladas de grano, entre un 12% y un 15% por encima de la campaña anterior y cerca de un 40% más arriba que el promedio de los últimos cinco años.
Jack el destripador va a tener que trabajar para hacer desaparecer tanto trigo.