En enero próximo comenzará a diseñarse un “fideicomiso aceitero” –similar al vigente durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner– con el propósito de garantizar la continuidad de los aceites vegetales dentro el programa oficial de precios máximos denominado “Precios Cuidados”.
“El gobierno tiene precios máximos y cuidados desde marzo (pasado) para el aceite mezcla de girasol y de soja a pesar de que el precio del girasol tuvo un fuerte incremento internacional (ahora también la soja), que nunca fue trasladado al consumidor local. La brecha es superior al 80%”, señaló la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) en su cuenta de Twitter.
Las autoridades de Ciara alertaron que algunos funcionarios del gobierno estaban evaluando restringir las exportaciones de aceite de girasol con el propósito de planchar el precio de ese producto.
En tal escenario, representantes de Ciara se reunieron ayer con los ministros de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y de Agricultura, Luis Basterra, con quienes determinaron que se creará un mecanismo que garantice la provisión de aceites vegetales al mercado interno a precios accesibles sin que eso implique intervenir las exportaciones.
Ciara indicó que “se evaluarán opciones para que ese mecanismo sea transparente y no distorsione la producción, la exportación y la libre competencia. Todo este esfuerzo se realiza para evitar medidas restrictivas como la que anunciaron en maíz”.
“Toda restricción a las exportaciones termina desincentivando a la producción y la inversión tecnológica, sea en el maíz, en el girasol o en la soja”, añadió.
El primer fideicomiso aceitero, que fue implementado a fines de 2010, se financió con el aporte del 1,2% del monto de todas las exportaciones argentinas de poroto de soja y de pellets/harina de soja y de girasol
Los recursos del fideicomiso privado con control estatal, gestionado por el Banco Galicia en el marco de un esquema denominado de “autocompensación privada”, se destinaban a subsidiar los aceites comestibles comercializados en el mercado interno.
El sistema, que resultaba ser engorroso por los plazos transcurridos entre el subsidio directo realizado por la industria y el cobro efectivo de la compensación en un contexto inflacionario, fue desarmado en 2016 por el gobierno de Mauricio Macri.