¿De dónde vienen las Pipas? No es necesario presentar ese producto, pues todos los argentinos lo conocen. ¿Es una golosina, un snack, un alimento?
Bichos de Campo entrevistó a Pablo Tamburo, el CEO de Argensun, la empresa productora de las populares Pipas. Se trata de semillas de girasol confitero, una variedad de girasol que tiene “más carne” y menos aceite que los girasoles convencionales. Pocos saben que las Pipas son el producto estrella de una empresa argentina fundada hace treinta años, que radicó sus instalaciones industriales dentro del partido de Luján, en el parque industrial de la localidad de Flandria. De allí podría uno decir que vienen las Pipas, pero no sería completamente justo. Allí solo se concentra el principio y el final del proceso.
¿Por qué el principio y el final? Argensun es la empresa líder en el mercado de las “especialidades”, que son cultivos que reciben un tratamiento muy diferente a los commodities como la soja, el maíz y el girasol. Pero lo firma no siembra esos cultivos sino que genera la genética (las semillas) y luego se asocia con decenas de productores que los cultivan en sus campos. Luego Argensun se compromete a comprar toda esa producción, para terminar de procesarla primero en sus acopios y después en sus plantas industriales.
-¿Qué son las especialidades?
-El productor agropecuario por lo general se vuelca a los commodities, pero por un tema de vocación o para poder diversificar un poco y no estar tan atado a un valor de pizarra, una parte de su superficie la destina a estas especialidades agrícolas. La gran diferencia que tiene es que esa especialidad termina siendo un alimento de consumo directo. Es decir, vos sembrás una semilla y lo que sale después llega a la mesa del consumidor.
-Una de esas especialidades es el Maíz Pisingallo, que es el maíz para hacer pochoclo. El grano que termina en la boca del consumidor. ¿Por eso requiere un montón de cuidados adicionales en relación al maíz convencional?
-Sí, y eso es valor agregado. La producción es distinta porque le tenés que dar un tratamiento distinto, sabiendo que después eso tiene que cumplir con ciertas normas de la alimentación. Y estos productos por lo general se exportan y cada comunidad en la Unión Europea o en otros continentes tiene ciertas regulaciones. Por lo tanto, ya desde que empezase el cultivo se requiere otro tratamiento, otro seguimiento, no estar pendiente solamente del rinde. El cultivo tiene un montón de atributos más: el tamaño, la calidad, la humedad. Cuanto más calidad tenés después el proceso industrial es más sencillo.
Mirá la entrevista a Pablo Tamburo:
La etapa industrial, de la que hablaremos en otras notas, es el final del proceso de las Pipas, que son semillas de girasol confitero secadas, clasificadas, tostadas y saladas (aunque no en todos los casos). Pero Tamburo destaca que todo comienza en el semillero que genera las variedades de ese tipo de girasol que se distribuyen luego a los productores asociados. Ese sector de la empresa fue creado en 2007 y se llama Valia Genetics. Lleva a cabo un programa de mejoramiento continuo único en esta parte del mundo. El CEO de Argensun nos explica que desde ese lugar salen las variedades de semillas de girasol confitero que luego ocupan el 95% del área sembrada con esta especialidad.
“No hay tantas empresas que sean semillero y a la vez sean industria. Tampoco que lleguen a la última milla que es el consumo. Ahí aparecen las Pipas en el mercado interno. Nosotros en el resto del mundo nos llegamos a última milla. Le vendemos a empresas que por ahí son como Pipas”, explica Tamburo. Pero esa es solo una parte del negocio: Argensun concentra el 55% de las exportaciones argentinas de “especialidades”. Además de sus diversas variedades de girasol confitero trabaja con semillas de chía, de sésamo, de maíz pisingallo. Por eso el empresario prefiere considerar que “somos una empresa global de abastecimiento de alimentos saludables y funcionales”.
-¿Pero empezaron con el girasol?
-Esta es una empresa familiar que nace hace treinta años siendo especialista en girasol confitero. Hay una vocación en los que fundaron la empresa de ingresar al mundo del girasol confitero, que si querés entre los commodities es un mundo pequeño, pero a nivel de intercambio internacional son cientos de miles de toneladas. Es un alimento muy cultural, en países como Medio Oriente y norte de África, en Europa mismo. En muchos lugares el girasol confitero es un snack como para nosotros podía ser el maní. Los fundadores de esta empresa vieron que Argentina tenía un potencial enorme. Argentina es vista, en lo que es girasol aceitero y confitero, como con el bife o el Malbec.
-¿Y en todos lados se consumen las mismas semillas de girasol que acá?
-No. En cada país tienen distintas preferencias y también hay un mercado muy grande de alimento para aves. Por lo general el se hace el girasol confitero más chiquito, como el alpiste. A nivel humano es un mercado muy cultural, cada uno lo come de una manera distinta. A los argentinos nos gusta el girasol de semilla grande que hay en Europa y Norteamérica.
-¿Entonces lo que hacen ustedes es analizar estos mercados y adaptar la genética del girasol para poder exportar el producto?
-Nosotros no sembramos el girasol, no somos productores agropecuarios. Nosotros tenemos convenio con productores. Tenemos una cartera de productores con la cual trabajamos todos los años. Son 100 o 120 productores. Siembran en el oeste de Buenos Aires, La Pampa, sur de Córdoba, San Luis, en el norte argentino. En todos los lugares tenemos híbridos que se comportan de mejor manera en un lugar o en otro lugar.
-Entonces le dan la genética al productor y se asocian con él en la producción de algún modo. ¿Hacen un contrato y le garantizan que le van a comprarle la cosecha?
-Compramos toda, toda la cosecha. Estamos presente desde que se siembra hasta que se cosecha. Tenemos un equipo de ingenieros agrónomos que están permanentemente en todos los campos al lado del productor, viendo que el cultivo se comporte como que se tienen que comportar y le aseguramos al productor que obviamente le compramos toda la materia prima en estas especialidades.
-¿Por qué les gusta decir que hacen alimentos “saludables”?
Pipas es un producto salado y tostado. ¿Uno puede llegar a decir que es saludable o no? Para nosotros el 90% de producto es saludable, pero tiene sal. Ahora estamos haciendo diferentes variedades respecto de la Pipa tradicional para hacerla más apta a otros gustos y que el público pueda elegir si quiere comer con o sin sal, pelada, descascarada, etcétera Pero todo bajo la marca Pipas, que tiene muchos años de trayectoria. En Argentina estamos muy presentes, Pipas es sinónimo de girasol confitero en la mente del consumidor. Estamos en toda la nación, tratamos de llegar a todos los puntos de venta de alimentos o kioscos. Para nosotros es un orgullo que haya un paquetito de Pipas en todos lados.