El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, inauguró este miércoles en Villarino un galpón para los pequeños productores de cebollas de la región, mientras varias decenas de productores tomaban sin violencia las oficinas de la Corfo (Corporación estatal que administra el sistema de riego en los valles del sur bonaerense) reclamando la renuncia del presidente del organismo, a quien acusan de hacer política desde La Cámpora, y descuidar el sistema para llevar el agua del Río Colorado hasta los campos.
“Inauguramos la fábrica que va a fortalecer la agricultura familiar y potenciar la producción de un cultivo clave para la región. Un escalón más en una cadena de dignidad y mejor nivel de vida para las familias del municipio”, escribió Kicillof en las redes sociales, mientras que en otra punta dela ciudad de Pedro Luro se producía una protesta de otro grupo de productores regantes, que luego de pedir insistentemente una entrevista con el gobernador sin resultado, se decidieron avanzar sobre las oficinas de la Corporación que depende del Ministerio de Desarrollo Agrario de la Provincia. Su titular, Javier Rodríguez, también se encontraba en el acto, que tuvo tono proselitista porque también hablaron Susana Velázquez, la candidata a intendenta de Villarino, y la ministra Victoria Tolosa Paz, candidata a diputada nacional.
“Los regantes autoconvocados piden por una gestión más transparente de Corfo. Por varios medios trataron de tener una reunión con el gobernador y no nos atendió. Luego de la asamblea de regantes, se decidieron ingresar a las instalaciones de Corfo a la espera de que llegue el administrador y presente la renuncia”, informaron los productores con derecho a riego, que como adelantó Bichos de Campo están pidiendo que Ramiro Vergara deje su puesto. Fue designado hace dos años allí por Kicillof y Rodríguez.
Al cierre de esta nota, ese era el escenario. Los regantes aclararon que “no había ningún empleado en las instalaciones, a su vez intervino la policía quedándose dentro de las instalaciones también para asegurar la tranquilidad de todos y resguardo de los bienes. Se van a estar realizando turnos hasta que alguien los atienda y escuche los reclamos”.
Lejos de este conflicto, que involucra a unos 1.200 productores de Patagones y Villarino con derecho a riego, el gobierno bonaerense se apoyaba en los pequeños cebolleros nucleados en La Federación Rural, una agrupación que es un desprendimiento de la organización MTE Rural que dirigía Juan Grabois. La Federación desde hace añares está levantando un galpón propio para poder procesar y clasificar la producción de cebolla de los pequeños productores, que en general son arrendatarios en tierras ajenas.
“Las leyes del mercado no tienen que ver con las necesidades ni con los derechos de las personas. Por eso entre el que produce y el que consume hay una cadena muy larga de intermediarios que no generan valor agregado y se quedan con el fruto del trabajo de los productores”, aseguró Kicillof en sus redes. Y agregó que “sin la presencia del Estado esta planta no existiría y las familias productoras del distrito no tendrían garantizado su derecho al futuro”.
Parece establecer el funcionario una clasificación diferente entre tipos de productores. Unos que son apoyados y acompañados. Y otros que, por quejarse, no merecen ni ser recibidos.