Los integrantes del “núcleo duro” del gobierno de Javier Milei sueñan con grandes proyectos de infraestructura que inundarán al país con divisas. Y está muy bien. Pero, en el mientras tanto, se olvidan de potenciar a la principal “máquina” generadora de divisas presente en el país.
En el año 2024 el ingreso neto integral de divisas generado por los sectores “oleaginosos y cereales” y “otras actividades primarias” fue de 23.996 millones de dólares (M/u$s).
En segundo lugar se ubicó el sector “alimentos y bebidas” con 7061 M/u$s netos ingresados el año pasado, mientras que el tercer lugar del ranking de generación de divisas fue para el sector de petróleo y gas con 4727 M/u$s.
La ubicación del sector hidrocarburífero en el tercer lugar del ranking es toda una novedad para la economía argentina. Tal fenómeno es producto de la puesta en marcha del gasoducto “Perito Francisco Pascasio Moreno”, que permitió un considerable ahorro en importaciones de gas al facilitar el transporte el recurso patagónico hacia la zona central del país. También se explica por el incremento de la capacidad exportadora de petróleo no convencional, sumado al ordenamiento de las importaciones instrumentadas por el Estado nacional, las cuales se hacían en la gestión anterior con notables sobreprecios.
Por otra parte, tras la reapertura del Oleoducto Trasandino, que conecta Puesto Hernández con la refinería chilena de Biobío, la estatal YPF junto con Shell, Vista y Equinor comenzaron a exportar volúmenes crecientes de crudo hacia Chile. En los próximos dos años se espera que la balanza cambiaria del sector se consolide con la finalización de la construcción de dos nuevos oleoductos realizados por Oldelval e YPF.
Sin embargo, para que el sector hidrocarburífero logre alcanzar la capacidad de generación de divisas del agro –si es que algún día lo logra–, se requiere no menos de una década, dado que se trata de una actividad que requiere ingentes recursos en inversiones que tardan mucho tiempo en “madurar”.
La minería, que hasta 2023 ocupaba el tercer lugar, ahora se ubica en cuarto puesto con un ingreso neto de 3967 M/u$s en 2024. En tanto, los desarrollos informáticos realizados por el talento argentino trajeron al país 1066 M/u$s el año pasado.
Los datos corresponden a cifras del último balance cambiario sectorial publicado este viernes por el BCRA en lo que respecta a exportaciones/importaciones, inversiones directas, préstamos, giro de utilidades y formación de activos externos.
Los demás grandes sectores generadores de bienes y servicios de la economía argentina consumen muchísimos más dólares de los que generan y son “subsidiados”, en términos cambiarios, por el sector agroindustrial y, en menor medida, por los rubros petroleros y mineros.
Si bien el gobierno de Javier Milei viene apostando fuerte por los sectores energético y minero –el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) está específicamente diseñado para ambos–, la realidad es que el único sector que puede aportar grandes volúmenes de divisas y de manera rápida es el agro.
El problema es que la capacidad del agro se encuentra limitada por los derechos de exportación y un tipo de cambio artificialmente bajo determinado por el gobierno nacional. Eso implica que las cifras de generación de divisas del campo deben ser contempladas considerando esa restricción gubernamental que impide el desarrollo del sector.