El sostenimiento del “dólar exportador” 80-20% junto con una devaluación programada del 2% mensual del tipo de cambio oficial, representa el principal problema por resolver en la actual coyuntura cambiaria.
Así lo indicó la economista Marina Dal Poggetto durante una charla ofrecida en el Congreso de las regiones CREA Litoral Sur y Centro y Norte de Santa Fe que se está desarrollando hasta mañana jueves en la ciudad de Paraná.
Con reservas internaciones del Banco Central (BCRA) que, en términos netos, son negativas en torno a los 6000 millones de dólares, el actual programa económico no cuenta con las herramientas necesarias para potenciar la generación de divisas de manera sostenida.
Por un lado, el “dólar exportador”, integrado en un 80% por el tipo de cambio oficial y el 20% restante por el dólar “contado con liquidación”, implica que este último porcentaje de las divisas no ingresa a la economía argentina con el propósito de brindar cierta mejora del tipo de cambio a los sectores exportadores y evitar una devaluación del tipo de cambio oficial (esquema implementado en 2023 por el gobierno anterior que fue continuado en la actual gestión).
“Si no se abre la economía, los precios relativos no van a cambiar”, señaló la economista en referencia al elevado valor que tienen los bienes respecto de los servicios y salarios.
En ese sentido, definió al cepo cambiario como un “macrocidio” que, si bien permite capturar oportunidades al arbitrar precios relativos, al final del día representa una receta ideal para asegurar el estancamiento de la economía.
“Desde el punto de vista político, el gobierno quiere llegar hasta las elecciones legislativas de octubre de 2025 con el actual programa para usar el factor cambiario como ancla inflacionaria”, explicó según un artículo publicado en Contenidos CREA.
Dal Poggetto indicó que el atraso del tipo de cambio real multilateral representa un problema para los sectores exportadores como el agroindustrial en un momento en el cual se requiere generar un gran volumen de divisas para recomponer las reservas internacionales del BCRA.
“Gracias en buena medida a las divisas aportadas por el agro, el gobierno pudo acumular unos 17.000 millones de dólares desde que implementó el programa, pero el problema es que el resto de los sectores económicos comenzaron a demandar más dólares cuando la recesión tocó un piso”, remarcó.
La cuestión es que no es sostenible el hecho de que el BCRA no pueda recomponer reservas, lo que implica que se requieren fuentes alternativas de generación de divisas, como puede ser el “blanqueo” que se está instrumentando en estos días.
“Desde el aspecto financiero este esquema funciona, pero la pregunta es si desde el punto de vista cambiario esto dura o no hasta octubre de 2025”, advirtió.
En lo que respecta a la confianza, en el ámbito interno la economista dijo que el programa genera aceptación porque permite a las empresas obtener financiamiento a tasas de interés reales negativas en un contexto inflacionario mucho más estable que el presente un año atrás. “La otra gran pregunta es hasta cuándo puede durar este carry sin necesidad de aplicar una corrección cambiaria”, comentó.
En cuanto a los prestamistas externos y al propio Fondo Monetario Internacional (FMI), Dal Poggetto señaló que no ven con buenos ojos cómo el 20% de las divisas generadas por exportaciones quedan fuera del sistema financiero local debido al “dólar exportador” 80-20%.
“El FMI, si decide instrumentar una ayuda adicional a la Argentina, seguramente va a solicitar que se reformule el esquema cambiario vigente”, afirmó.
“Las fiestas financieras pueden favorecer a algunos, pero cuando llega el momento de pagarlas la cuenta les llega a todos”, resumió.
Sin el blend quebrarán más productores.
En lugar de bajar el impuesto país deberían haber bajado las retenciones a las exportaciones de soja, dado que no sería inflacionario y representaría un gran incentivo para el principal sector generador de divisas.