El sector financiero argentino está más que contento con los grandes negocios que le ofrece el Estado nacional por medio de títulos que pagan tasas de interés muy atractivas que –pequeño detalle– son asfixiantes para el sector productivo y comercial.
En ese marco, la gestión financiera –tal como viene sucediendo en los últimos años– se torna extremadamente relevante en las empresas agrícolas, dado que mantener stocks de granos, si bien puede parecer lo más seguro para algunos, no necesariamente resulta lo más ventajoso.
Mariela Brandolin, asesora de empresas agrícolas, publicó en redes sociales el rendimiento de la “soja Lecap”, es decir, cómo quedaría el valor del poroto vendido al precio de hoy y colocado en los nuevos títulos de deuda lanzados esta semana por el gobierno nacional.
En apenas una quincena, los 370.000 $/tonelada (Soja Rosario) se transformarían en más 378.000, mientras que en un mes pasarían a sumar más de 383.000 $/tonelada. La tasa obtenida superaría la inflación proyectada del período, la cual no sobrepasaría más del 2,0% mensual.
Por supuesto, esa decisión debe ser ponderada con el escenario esperado en el ámbito tanto comercial (¿seguirá subiendo el precio de la soja o empezará a bajar?) como cambiario (¿y si se dispara el tipo de cambio?).
El hecho de que las Letras del Tesoro Capitalizables (Lecaps) lanzadas esta semana tengan una tasa de interés tan atractivas (algo que no es gratis, por supuesto, porque lo pagarán todos los argentinos) se instrumenta, precisamente, con el propósito de alentar ventas de dólares o de bienes dolarizados –como los granos– para pasar ese capital a pesos argentinos y obtener un margen adicional.
En ese marco, quedarse con el físico y especular también es una opción válida, pero siempre y cuando la misma haya sido tomada luego de analizar las alternativas disponibles, dado que, en definitiva, las empresas agrícolas deberían gestionar sus granos como activos potencialmente convertibles en otros bienes o títulos que permitan, a través de la diversificación, reducir riesgos y proteger de manera más sostenible el capital.
Sin embargo, a juzgar por los volúmenes comercializados de soja en las últimas jornadas, son pocos los empresarios agrícolas que implementan una gestión financiera profesional de sus activos.