Aunque las economías regionales son generadoras genuinas de divisas, la estructura concentrada de unos pocos complejos primarios las deja muy relegadas en su participación y peso dentro del complejo global de las exportaciones. Quizás por eso también es que la política suele darles la espalda.
Un informe elaborado por Coninagro respecto del comercio exterior acumulado entre los meses de enero y octubre de este año, arrojó que de los 48.420 millones de dólares que ingresaron al país en esos diez meses gracias al trabajo de 19 actividades agropecuarias, solo 6.537 millones, es decir el 13,5%, fueron aportados por complejos distintos al granario y al bovino.
De ese monto total de divisas generadas por el agro –que supone salto del 61% frente al promedio histórico de la última década, que ronda los 30.042 millones de dólares-, la estructura exportadora se vio motorizada principalmente por el complejo granario (soja, maíz, trigo, girasol, cebada y sorgo), que explicó el 78% de los ingresos. La ganadería bovina, por su parte, aportó sola el 8,5% de las divisas.
Las economías que integran ese mencionado restante 13,5% son: algodón, arroz, avicultura, cítricos dulces, forestoindustria, hortalizas, leche, mandioca, maní, miel, ovinos, papa, porcinos, peras y manzanas, tabaco, vino y mosto, y yerba mate.
Del lado de las importaciones, el total promedió 2.943 millones de dólares entre enero y octubre. Allí, otra vez, el complejo granario marcó la cancha, explicando el 76% de las compras externas, básicamente son la soja que entra desde países vecinos para ser procesada aquí. Detrás se ubicaron la actividad forestal con el 5,4%; el sector porcino con el 5%; y el algodón con el 3%. El 11% restante se dispersó entre otras actividades de menor peso.

Ahora bien, si se toma el promedio de los últimos nueve años (2016-2025), las diferencias se vuelven todavía más marcadas, con crecimientos y retrocesos.
De acuerdo con el análisis de Coninagro, en el ranking de crecimiento exportador se destaca el sector tabacalero, que aportó 519 millones de dólares, un 302% por encima de su promedio histórico.
Le siguió el arroz, con 377 millones, creciendo 174% respecto de los últimos años. En tercer lugar quedó el complejo forestal, con 135 millones, lo que implica un 156% más que su promedio histórico.
El complejo lácteo también se destacó con 1.524 millones de dólares, un 135% de crecimiento frente a los USD 649 millones del promedio 2016–2024.

Por el contrario, la avicultura mostró una caída relevante, registrando apenas 76 millones de dólares de exportaciones. Eso supone un retroceso del 65% frente al promedio histórico ubicado en 218 millones.
En materia de importaciones, el maní lideró el aumento con un 120%, aunque partiendo de montos muy bajos: de 790 mil dólares a 1,7 millones.
Luego figuraron los cítricos dulces, que marcaron 21,1 millones de dólares, un 118% más; y la vitivinicultura, con 39 millones, el doble del promedio histórico. También se registraron aumentos importantes en los sectores bovino (+94%) y porcino (+77%).
En el otro extremo, las mayores bajas se observaron en papa, con una caída del 51% (9 millones de dólares frente a 18 millones); en apicultura, con un 50% menos (90 mil dólares a 45 mil); y en hortalizas, con un retroceso del 49% (14 millones de dólares frente a 28 millones).





