Argentina tiene una “moneda fuerte” aceptada a nivel global, es decir, un bien que sirve como medio de cambio, unidad de cuenta y reserva de valor. Se trata del poroto de soja.
Pero, así como los dólares billete que la gente atesora no pueden ser guardados de cualquier forma ni en cualquier lugar, porque se deterioran o pueden ser sustraídos indebidamente, lo mismo sucede con la soja almacenada en silobolsas.
Para proteger ese activo clave para las empresas agrícolas (y la economía argentina) de factores climáticos, robos y actos vandálicos, dos grupos de empresas desarrollaron soluciones, las cuales tienen algunas cosas en común. Veamos.
Ambas emplean sensores en forma de “lanzas” que se introducen en los silobolsas y registran temperatura, humedad, dióxido de carbono y movimiento, de manera tal de detectar si el grano almacenado sufrió algún tipo de descomposición, pérdida de calidad, ingreso de agua, vandalismo o robo.
Las “lanzas” transmiten datos en frecuencias de baja potencia y largo alcance (conocidas como Low-Power Wide-Area Network por sus siglas LPWAN), de manera tal que pueden emplearse en establecimientos rurales que no cuenten con conectividad por redes de celular o internet.
Las dos soluciones permiten verificar en tiempo real, a través de una aplicación específica que puede verse en un celular o computadora, las condiciones del grano almacenado y emiten una alerta en caso de detectar un movimiento interpretado por el sensor como un acto de robo o vandalismo (el cual eventualmente puede generar situaciones de “falsos positivos” ante tormentas fuertes).
Ahora vamos con las diferencias presentes en cada servicio. La compañía Internet of Fields (IOF), junto a Prosegur, ofrece un monitoreo las 24 horas del día, el cual, cuando se dispara la alarma, activa un protocolo de acción que puede incluir, dependiendo de la zona, la visita de agentes de Prosegur o de la patrulla rural para verificar la situación del silobolsa en el establecimiento.
El sistema, que es instalado por técnicos de Prosegur, requiere la incorporación de tres a cuatro “lanzas” por silobolsa convencional con una adquisición mínima de al menos 30 dispositivos, con lo cual el servicio, por el momento, está destinado a establecimientos con cierta escala.
El costo del servicio es de 12,5 dólares mensuales por lanza para un período de cuatro meses o de 10,0 dólares mensuales por lanza para un contrato de 36 meses. En este último caso, las lanzas pueden retirarse de un silobolsa para incorporarse a otro, pero para eso es necesario contactar a técnicos de Prosegur.
IOF, de todas maneras, planea lanzar próximamente un “kit” autoinstalable para que el uso de la tecnología pueda extenderse a todos los establecimientos agropecuarios.
Ambas empresas cuentan con un acuerdo con la firma Río Uruguay Seguros a través del cual, una vez instalado el servicio, es posible contratar una póliza contra robo o vandalismo en silobolsa con una prima promocional. Otras empresas, como San Cristobal Seguros, también tienen seguros especializados en cubrir este tipo de silos.
Como los datos generados por la lanza son trazables al estar montados sobre una plataforma blockchain, están desarrollando diferentes servicios asociados a la tecnología, entre los cuales se incluyen la posibilidad de realizar warrants, comprar granos con depósito de la mercadería en el campo de origen (solución para consumos) o eventualmente “tokenizar” los granos para generar criptoactivos conocidos como “stablecoin”.
“Si bien se trata de un costo adicional e indispensable en la actual coyuntura, trabajamos para que esta tecnología genere valor agregado a las empresas agropecuarias con el propósito de que el costo se diluya o pueda generar incluso ingresos en un futuro”, explicó Delfín Uranga, CEO de IOF.
La otra solución es ofrecida por Nodosud (una organización de cooperativas de telecomunicaciones que opera en la zona núcleo pampeana), Datco (conglomerado regional especializado en soluciones de telecomunicaciones) y Wiagro (dedicada al desarrollo de soluciones tecnológicas de Internet de las Cosas para el sector agropecuario).
En este caso, el servicio comprende un “kit” autoinstalable de “lanzas”, las cuales se envían por correo para que sea el propio productor el que las incorpore en el silobolsa a razón de una “lanza” por cada 10 metros de silobolsa.
Las empresas determinaron dos alternativas de comercialización. La primera consiste en la opción de comprar las “lanzas” por un valor de 200 dólares por dispositivo, el cual incluye dos años de conectividad, al cual debe sumársele un costo de 7,0 dólares mensuales para poder operar la aplicación que permite hacer un seguimiento en tiempo real de la calidad y la seguridad de los granos almacenados.
La otra alternativa es abonar un canon de 19 dólares mensuales para acceder a todo el paquete completo (lanza + conectividad + acceso a la aplicación) por un período mínimo de 36 meses.
“La alianza estratégica con Grupo Datco y Nodosud nos permite fortalecer la conectividad de nuestras soluciones, ya que entre ambas empresas pueden ofrecer cobertura de red y llegada local en una de las zonas más productivas del agro, que por estar alejadas de los grandes centros urbanos no tienen cobertura de los operadores móviles u otras redes de telecomunicaciones”, sostuvo Martín Cordasco, CEO de Wiagro.