La publicación especializada Oil World, que es algo así como una biblia para el mercado internacional de cultivos oleaginosos, pinta un panorama extraño para el principal producto de la Argentina, la soja. Según su último análisis del mercado, en los próximos meses podría haber mayor demanda hacia el aceite extraído de ese poroto, favoreciendo los precios. Pero a la vez, esta mayor demanda afectaría al principal subproducto de la molienda (que es la harina) y podía sufrir bajas importantes en el primer semestre de 2024.
“La mayor oferta de aceite de soja no puede resolver el déficit en el suministro mundial de aceites y grasas sin crear un excedente de harina. En los próximos meses se pondría en evidencia una importante fortaleza del aceite de soja en relación con la harina de soja, aunque todo dependerá finalmente de la oferta soja y precios”, indicó Oil World, en un informe transcripto por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
El principal objetivo de Oil World es seguir el pulso del mercado mundial de aceites, del cual la Argentina es protagonista. Para el año comercial 2023/24, estima una tendencia alcista para los precios promedio semestrales de los aceites vegetales en términos generales.
Según la publicación, la producción mundial de aceites y grasas 2023/24 se proyecta en 256,81 millones de toneladas (Mt), mientras que el consumo se estima en 255,9 Mt. La ratio stock/uso caería levemente hasta 13,9% debido al crecimiento de los stocks iniciales. Esto incentiva los precios.
De todos modos se advierte que “se mantienen los riesgos de que la proyección de producción caiga de los niveles actuales debido a posibles problemas climáticos. Los precios de los aceites vegetales han estado buscando un piso de mercado en las últimas semanas, aparentemente sin incorporar por el momento las incertidumbres significativas que rodean los suministros en 2023/24. Sin embargo, la reciente firmeza de los precios del aceite de soja en relación con la harina de soja puede ser un indicador de las tendencias de precios que probablemente dominen el próximo año comercial”.
Este es el balance presentado para el mercado de los aceites:
Según este panorama, se proyecta por un lado una desaceleración en el crecimiento de la producción de aceite de girasol y colza. “Esto reduce la posibilidad de abastecer satisfactoriamente el crecimiento de la demanda global”. Por el lado del aceite de palma, se espera un balance más ajustado debido a una producción que se avecina con problemas en el Sudeste Asiático. Son esos los aceites que complementan y compiten contra el aceite de soja que produce la Argentina.
De este modo, Oil World considera que “en el mercado de aceites aumentaría la dependencia del derivado de la soja en 2023/24. Por el momento, se espera una gran oferta mundial de soja, a diferencia de la producción esperada de semillas oleaginosas con alto rendimiento de aceite”.
Pero es allí que el informe advierte que la mayor producción de aceite aparejaría una mayor oferta también de harina de soja, que no siempre será bien recibida por el mercado porque tiene otros usos (como forraje). El harina de soja es el principal producto exportable de la Argentina.
“Oil World espera que la mayor presión bajista de precios para la harina de soja se verifique en el primer semestre de 2024, con el precio FOB de Argentina cayendo casi un 40% hasta 320 dólares por tonelada. Al mismo tiempo, es probable que la harina de colza y el resto de los sustitutos sigan la misma presión de debilidad en precios”, indicó el documento de la BCR.
Al analizar las proyecciones de oferta y demanda en el mercado de harinas 2023/24, se espera una proyección de producción de 389,92 Mt, un crecimiento de 15,7 Mt respecto a la campaña previa debido a una esperada recuperación en Argentina. Por su parte, contemplando una visión optimista, el consumo crecería 13,44 Mt hasta 387,76 Mt y con menos intensidad que la producción. Esto redundaría en un récord de stocks finales desde, al menos, la campaña 2020/21.
En la coyuntura actual, la menor oferta de Argentina generó un aumento de precios de las harinas a comienzos de 2023, pero a nivel mundial tuvo un impacto temporal. “Los aumentos en exportaciones de Brasil, Estados Unidos e India más que compensaron las menores exportaciones de Argentina hacia el mes de mayo”, se indicó.
El documento aclara que “es clave que se confirme una gran producción de soja 2023/24 para que se efectivice una fuerte presión bajista en el mercado de harinas. El USDA estima actualmente una producción de soja de 410,7 Mt mientras que Oil World es menos optimista con 402 Mt y probablemente más cercano a lo que efectivamente pueda suceder”.
La soja da perdidas, pero el principal costo (ambiental y éxodo rural) lo paga la sociedad. La legitimidad de las retenciones está en este punto. A los K les conviene (votos), a la industria sojera también. Todo cierra.