En los próximos meses puede haber un cambio de variables tan significativo que podría trastornar la brújula a partir de las cuales de toman decisiones en las empresas agropecuarias.
Las principales economías del mundo están registrando una desaceleración económica –que posiblemente derive en una recesión global–, al tiempo que el fortalecimiento del dólar estadounidense encarece las importaciones de productos agroindustriales.
En ese marco, el asesor en comercialización agrícola Agustín Baqué dijo que, si bien venimos de tres campañas con fase ENSO Niña y la situación presente en el Mar Negro sigue siendo preocupante, los precios internacionales de los principales granos no reflejan una situación desesperante porque “a la economía global le está costando mucho traccionar”.
Baqué recordó que un escenario ENSO El Niño suele favorecer la producción de maíz y soja en Sudamérica, al tiempo que contrarrestar la producción de cereales en Australia y la de aceite de palma en el sudeste asiático.
“Con una producción de aceite de palma complicada, el producto más beneficiado en ese escenario es el girasol, especialmente considerando que una sequía afectaría este año la producción de colza en Canadá y la de girasol en Europa”, explicó durante una conferencia en línea ofrecida hoy en un evento organizado por NK Semillas.
Adicionalmente, el consumo de aceites vegetales viene aumentando año tras año de la mano de un uso creciente en la elaboración de biodiésel, dado que muchas naciones están estimulando la producción interna de biocombustibles para consolidar la soberanía energética.
“En los últimos tiempo el precio internacional de los aceites comenzó a encontrar un ‘piso’ precisamente porque el mercado se está adelantando a un escenario de pérdida de producción del aceite de palma en el sudeste asiático”, remarcó.
En el último ciclo comercial el precio internacional de girasol se destruyó en gran medida porque Ucrania, ante la necesidad de generar divisas, exportó su producción de la oleaginosa a precios irrisorios. “Además, como muchas instalaciones aceiteras fueron destruidas en la guerra con Rusia, Ucrania exportó mucha semilla a Europa, lo que complicó el ingreso de aceite de girasol argentino a ese destino”, dijo Baqué.
Desde la implementación del “corredor granario” hasta su interrupción a fines de julio pasado, Ucrania logró exportar 1,65 millones de toneladas de aceite de soja, la mayor parte del cual se envió a India y China. En caso de que el “corredor granario” no pueda ser restablecido, Ucrania solamente podrá vender el producto a la Unión Europea, mientras que las naciones asiáticas tendrán que proveerse con aceite de girasol argentino.
En cuanto al girasol alto oleico, si bien existe la posibilidad de un recorte de la oferta en Francia, Baqué señaló que, en un contexto de desaceleración económica global, no cabría esperar una prima importante para ese producto diferencial.
En el ámbito local, Baqué dijo que si el nuevo gobierno decide implementar un sinceramiento cambiario, eso podría derivar en un volumen de ventas gigantesco que impacte de manera negativa en los precios tanto FOB como FAS de los principales granos (el efecto “puerta 12”).
“Existe una gran proporción de la superficie sembrada en la Argentina que está arrendada en quintales de soja por hectárea y una eventual quita de retenciones con una nueva administración podría incrementar de manera notable el valor de los alquileres agrícolas”, recordó.
El mercado de contratos futuros de dólar ya está considerando tal escenario, dado que el Dólar Diciembre 2023 y Enero 2024 en el Matba Rofex está cotizando este miércoles en 682 y 745 $/u$s respectivamente, al tiempo que para marzo tiene un valor de 849 $/u$s.
Por ese motivo, desde la finalización de la última edición del “dólar agro” el ritmo de ventas de granos se desaceleró de manera abrupta a la espera de ese escenario o bien de la instrumentación de otro estímulo cambiario antes del cambio de gobierno.
El analista consideró que para la nueva campaña argentina de girasol forwards con un rango de precios de 330 a 350 u$s/tonelada son aceptables en las actuales circunstancias.
En lo que respecta al girasol disponible, dijo que la industria aceitera está haciendo esfuerzos por ofrecer el mejor precio posible con el propósito de originar mercadería antes del ingreso de la nueva cosecha del hemisferio norte, la cual presionaría estacionalmente los precios internacionales del aceite de girasol a la baja al menos hasta febrero de 2024. “Las fábricas están poniendo toda la carne en el asador”, graficó.