¿Qué piensa realmente Sergio Massa, el actual ministro de Economía, respecto de las retenciones aplicadas sobre las exportaciones del agro? Varias veces se lo ha escuchado decir que no le parecen un buen impuesto, y en otras ocasiones ha prometido incluso tratar de eliminarlas, aunque eso era cuando tenía puesto el traje de candidato. Ahora como funcionario piensa diferente: promete no subirlas en 2023, pero no quiere prescindir de ellas y no ensaya ningún cronograma a la baja.
Jorge Solmi, el principal referente agropecuario por el Frente Renovador, a quien Massa acaba de inventarle un cargo como secretario de Coordinación Federal Agropecuaria del Ministerio de Economía, escribió por estas horas un revelador artículo para Noticias Argentinas en el que parece responder qué piensa realmente ese espacio político de un tributo aduanero del cual se quejan tanto los productores. Para el funcionario, ex militante de la Federación Agraria, las retenciones ni son buenas ni son malas, sino simplemente “un instrumento pragmático de la economía”.
“Las retenciones resultan un instrumento pragmático de la economía. Ha habido momentos tanto de una alta actividad de este impuesto como no. En los 90, había más de 14 millones de hectáreas siendo hipotecadas, campos rematados. Hemos tenido ideas para tratar de salvar a aquellos productores que no podían hacer frente al pago de sus deudas, donde las retenciones eran inexistentes”, escribió el actual funcionario, tomando los argumentos de aquel primer kirchnerismo, que falsamente de apropió de los beneficios de la devaluación y la pesificación de deudas que había realizado en realidad el gobierno de Eduardo Duhalde unos meses antes.
Solmi agregó que “en otros momentos del país, (las retenciones) se han aumentado para asegurar ingresos fiscales y tender hacia el equilibrio. Allá por el 2002, durante la salida de la convertibilidad, donde estaba a la luz la crisis que se vivía, hubo que volver a cobrar el impuesto a las exportaciones. A partir de ahí, también han variado los precios internacionales de granos, generando que el productor no sintiera el mismo impacto que cuando no había retenciones, teniendo que endeudarse por no poder mantener a su familia ni renovar maquinaria y recursos”.
En el conflicto de 2008, este dirigente agropecuario ganó protagonismo por oponerse enfáticamente a las retenciones móviles impulsadas por Cristina Kirchner, pero volvió a las filas del oficialismo en 2020, cuando como parte de la coalición gobernante Sergio Massa la ubicó como secretario de Agricultura de Luis Basterra.
“Cuando estuve a cargo de la Secretaría de Agricultura de la Nación, hemos visto cosecha récord de trigo, maíz y mantenido la cifra de la soja. El productor se ha podido expandir en terreno y maquinaria con fuertes inversiones incluso habiendo un marco de retenciones. En tanto, queda en evidencia que las retenciones pueden ser un obstáculo o no, dependiendo de la circunstancia”, escribió ahora.
Días atrás, Solmi se reunió con sectores díscolos de la Federación Agraria, su ex compañeros de ruta, para comenzar a analizar con ellos la posibilidad de comenzar a segmentar las retenciones según la escala de producción de cada establecimiento. Ahora, con este texto, parece estar tendiendo la mesa para hacerlo.
“Tenemos que apuntar a la justicia del sistema fiscal, que sea equitativo y adecuado; que la igualdad sea entre los iguales. El sujeto debería ser el productor agropecuario de forma segmentada”, indicó.
En ese sentido, para Solmi plantear “retenciones sí” o “retenciones no” es “plantear al campo como un fenómeno homogéneo y uniforme, lo cual no es funcional a la inventiva de políticas públicas idóneas para expandir esta actividad económica”.
“En resumen, las retenciones resultan de un instrumento importante si se aplica de manera diferenciada para equilibrar una competencia y una distribución de renta justas entre los productores. Hoy en día la mayor parte de la agricultura pampeana se realiza sobre campos alquilados, por lo que es necesario poner en igualdad de condiciones a los productores más pequeños con respecto a los más grandes”, escribió el actual funcionario del massismo.
Para Solmi, si no se segmentan este tipo de tributos, “la concentración que se está dando en el mundo en materia agropecuaria presentaría un riesgo de distorsión social, que todos analizan, más grave. Entonces, se generan políticas y programas de resguardo siendo así las retenciones, tratándose de manera diferencial, una herramienta sustancial que establece dicha dirección”.