El valor de la “soja billete”, es decir, cuántos dólares reales quedan en la mano del productor al vender el poroto, se recuperó gracias a la implementación del régimen del “dólar soja 4”, pero sigue estando bien por debajo de los máximos registrados en las primeras tres ediciones.
Este miércoles, durante la segunda jornada del “dólar soja 4”, el valor de referencia de la soja Rosario “billete” alcanzó los 230 u$s/tonelada, el nivel más elevado desde mediados de mayo pasado.
Para aquellos productores que deben generar liquidez inmediata con el propósito de cubrir compromisos, se trata de una buena noticia. Pero para los que pueden esperar el nuevo “dólar soja” tiene gusto a poco.
En las primeras dos jornadas del “dólar soja 4” se realizaron ventas y fijaciones de ventas con precio pendiente de determinación por un total de 240.932 toneladas. Se trata de una cifra muy aceptable en las actuales circunstancias.
Las decisiones de ventas (o de no ventas) dependen de varios factores, el primero de los cuales es la evolución del precio internacional de soja, el cual, si bien está comprometido por grandes embarques brasileños, tiene la ventaja de que el valor de referencia de EE.UU. debe mantenerse relativamente elevado para evitar un vaciamiento de los stocks internos ante una cosecha que resultará más baja de la prevista inicialmente.
El segundo componente, de orden interno, es cuándo se producirá el “sinceramiento” cambiario que impactará en los precios de los granos y de la soja en particular al tratarse de un producto mayormente exportable.
Por supuesto, un ajuste cambiario abrupto podría generar un impulso masivo de ventas que, al final del día, no será gratuito en términos de precios en dólares, algo que, si bien es factible imaginar, es muy difícil de medir.
El diferimiento de ventas de soja también está influenciado por las oportunidades presentes en el mercado financiero, las cuales pueden ser captadas por aquellos empresarios que tienen conocimientos en la materia o bien cuentan con asesoramiento específico.