Si cada una de las empresas por separado ya resulta inabarcable por su tamaño, es difícil imaginarse a las tres juntas: Cresud, Adecoagro y MSU son los tres mayores pooles de siembra que trabajan en el país y abarcan más de 600 mil hectáreas, entre campos propios y alquilados. Sus gerentes agrícolas fueron reunidos en una teleconferencia por FyO y contaron cómo se están posicionando de cara a la nueva campaña 200/21. Hay un escenario de márgenes mucho más estrechos que antes, especialmente por los bajos precios esperados para el maíz.
Ezequiel Garbers trabaja en Adecoagro, que maneja unas 200 mil hectáreas de siembra, pero además tiene negocios en el sector lácteo (con un megatambo y varias ex fábricas de SanCor), arroz (Molinos Ala) y azúcar y etanol. “Nuestra estrategia es ser productores de bajo costo. En mayor o menor grado, con commodities en donde los precios están bajos, es necesarios ser una empresa de bajo costo para ser competitivos”, se presentó.
Gonzalo Edo se desempeña dentro de MSU Agro, la empresa fundada por Manuel Santos Uribelarrea y con sede en Villa Cañás, en Santa Fe. Ellos siembran en campos alquilados y en otros tiempos supieron ser una empresa regional, pero ahora se concentraron en 140 mil hectáreas dentro de Argentina. “Somos los que más nos parecemos al productor promedio argentino”, dijo Edo, que aseguró que el único tractor propiedad de la empresa es uno que utilizan para cortar el pasto. El resto es operar con contratistas.
Finalmente, Carlos Blousson trabaja para Cresud, que produce 300 mil hectáreas en toda la región, de las cuales 140 mil están ubicadas en el país y el resto en Brasil, donde además de granos cultivan caña de azúcar. En este caso, manejan mitad de campos propios y otro tanto alquilados. No procesan su producción propia, pues no tienen otro establecimiento agroindustrial más que el frigorífico Carnes Pampeanas.
¿Y cómo ven estos tres altos directivos de empresas agrícolas líderes la campaña que se está iniciando? Algo queda claro de la charla: los números serán mucho más ajustados que en la última temporada.
“Este momento es clave porque nos sentamos a charlar cara a cara con los dueños de los campos. En nuestro caso, estamos con el 100% de las hectáreas renovadas”, indicó Edo, de MSU, que dependen sobremanera de campos alquilados. Primer indicio: no se prevé una reducción de las superficies de siembra, pero tampoco una expansión. Todos estos grandes operadores actuarán con mucha cautela.
¿Y cómo fue la negociación? En principio, MSU logró bajar el costo del arrendamiento en las zonas que salieron peor paradas de la campaña anterior, como el Litoral y la zona centro, pero en la zona núcleo “las cosas fueron más tironeadas” con los dueños de los campos.
“Obviamente trabajaremos con márgenes desafiantes, sobre todo para maíz, donde todos estamos teniendo la incertidumbre por el exceso que va a tener Estados Unidos (por la caída de la demanda para bioetanol). con algo de optimismo para la soja, y con el trigo más encaminado”, describió Edo.
Grabers confirmó: “Este es un año atípico. El riesgo más grande es la variación de precios que podemos tener para adelante. Nadie sabe cómo va a ser, pues todo depende de cuánto dure el efecto Covid. Los cereales más golpeados serán los atados a la energía. Dentro de estos, el maíz es el que más riesgo tiene”. En el caso de Adecoagro, todavía están cerrando negociaciones por los alquileres. Se inclinaron por asegurarse primero los contratos por las tierras más productivos. “Son los campos que más conocemos, la base nuestra”, explicó. Tiene una ventaja respecto de los demás: unas 60.000 toneladas anuales de maíz son consumidos por el negocio lechero, lo cual reduce la exposición.
De todos modos, Ezequiel remarcó que los márgenes serán “ajustados por los bajos precios”, y que por eso “decidimos salir de algunos campos productivamente ajustados y tenemos mas riesgo de pérdida. Los reemplazamos por otros”.
Blousson, de Cresud, dijo que de las 70 mil hectáreas que deben arrendar ya ficharon 50 mil. También describió un año de márgenes chicos. “Tomando los precios a futuro de hoy, la gran incógnita es lo que suceda en el país. Si tu producción está a 350 kilómetros del puerto, entonces el flete tendrá mucho que ver con el tipo de cambio, por el gasoil. Sobre todo cuando el maíz no suba mucho de precio, la distancia te puede jugar en contra”. En este caso, la compañía viene de una muy buena temporada en Brasil, que esperan repita y amortigüe posibles pérdidas en la Argentina.
¿Qué precios tomaron estos gerentes agrícolas para hacer sus apuestas de cara a la nueva campaña?
En Adecoagro hicieron los presupuestos con una soja a 218 dólares, y 127 dólares para maíz temprano, 116 para maíz tardío, y 170 dólares para el trigo. En Cresud tomaron una soja a 220 y 128 de promedio para maíz, confirmando los 170 dólares esperado para el trigo. Casi los mismos números tomó MSU.
“Con estos precios todo se pone muy desafiante”, describió el ejecutivo de esta última compañía, que arrienda casi toda su superficie. Contó que en los últimos cinco años la rentabilidad esperada presupuestada fue de 16/17% y finalmente trepó a 25% en promedio. “Hoy el presupuesto cae seis puntos debajo de eso, es decir se espera 40% debajo de la rentabilidad esperada”. indicó.
En general, las coberturas de estas tres empresas se sustentan en la venta anticipada del trigo, pero prevalece la mesura para la soja -de la que todavía se espera algún movimiento en los precios- y mucha cautela con el maíz. “En muchas zonas ese cultivo se está sembrando a pérdida”, avisaron. En este contexto, las rotaciones intentarán mantenerse. Cresud además estará incrementando el área destinada a los cultivos especiales, como los garbanzos o el pisingallo.
¿Cómo ven la aplicación de tecnologías, incluyendo fertilizantes? Garbers, de Adecoagro, no ocultó la situación: “En un escenario de bajos precios seremos más defensivos, apostaremos a un nivel de seguridad. Se podrá usar la tecnología, pero para garantizar un piso de rendimiento que genere cierta rentabilidad”.
Blousson fue más duro todavía, al reconocer que en los campos alquilados se dejara de reponer nutrientes cuando la tasa de extracción sea negativa frente a los rendimientos. “En ese tipo de campo no voy a tener por qué dejar parte de ese fertilizante para el año siguiente”, graficó.
En tiempo de creciente brecha cambiaria, los tres gerentes dijeron que todos los presupuestos habían sido confeccionados tomando como base el valor del dólar oficial. Pero todos advirtieron que están preocupados por lo que pueda sucede con la macroeconomía local en los próximos meses. “Miramos muy de cerca como corre la curva de devaluación y la de inflación. Si empezamos a tener inflación en dólares se destruye valor muy rápido”, indicó el gerente de Cresud.
Cómo podría contactarme con alguien de la empresa