Mientras que el último informe oficial del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) prevé que en el ciclo 2023/24 Ucrania lograría exportar 19,0 millones de toneladas de maíz, los funcionarios de ese organismo que se encuentran en la embajada estadounidense en Kiev consideran que esa cifra podría ser de 21,2 millones.
Sin embargo, el número final por lograr no depende de la oferta exportable potencial, sino de la buena voluntad de Rusia, nación que desde fines de febrero de 2022 ocupa buena parte del sector este del territorio ucraniano.
“La logística sigue siendo el tema central para el envío de granos fuera del país. Debido a la obstrucción del ‘corredor granario’ por parte de Rusia, tanto el número de buques como los volúmenes de exportación de los principales cereales se están reduciendo desde marzo de 2023”, advirtió un informe del servicio exterior del USDA.
En un mes vence el acuerdo realizado entre Rusia, Turquía y Naciones Unidas para permitir el embarque de productos agroindustriales en puertos ucranianos en el marco del denominado “corredor granario”. Y el gobierno ruso sigue amenazando con no renovarlo si Naciones Unidas no consigue que los requerimientos del Kremlin sigan sin solución alguna.
“El envío marítimo es la forma más rentable de exportar productos agrícolas de Ucrania, por lo que las restricciones implementadas por Rusia sobre el ‘corredor granario’ generan un ritmo de exportaciones más lento y, lo que es más significativo, una caída en los precios de los granos para los productores ucranianos, lo que torna insostenible el negocio en el largo plazo”, apunta el USDA.
Para colmo, en abril pasado el gobierno polaco prohibió la importación de productos agrícolas provenientes de Ucrania para evitar que los mismos alteren el mercado interno y perjudiquen a los productores de su país.
Y en mayo la Comisión Europea bloqueó la posibilidad de que las exportaciones de trigo, maíz, colza y girasol originarias de Ucrania pueden ser comercializadas en Bulgaria, Hungría, Polonia, Rumania y Eslovaquia. La medida, que en principio iba a estar vigente hasta el 5 de junio, fue extendida hasta el próximo 15 de septiembre.
Como consecuencia de esas medidas, los volúmenes de granos enviados por Ucrania por camión, ferrocarril y barcazas a países de la UE-27 descendieron a partir de abril de este año.
De todas maneras, la principal preocupación de los funcionarios del USDA en Kiev es el futuro del “corredor granario”, dado que si el gobierno de Vladimir Putin sigue poniendo trabas a los embarques, el “cuello de botella” logístico en los puertos ucranianos del Mar Negro podría complicarse aún más.
En lo que respecta a cebada, la oficina del USDA en Kiev proyecta en 2023/24 la oferta exportable de Ucrania sería de 1,90 millones de toneladas (versus 2,50 millones el informe oficial del USDA), al tiempo que en el caso del trigo sería de 9,80 millones versus 10,5 millones.