Silvia Strasser y Julieta Sallemi pertenecen a la Fundación Murciélagos Argentinos y sus Ambientes y aseguran que estos mamíferos voladores no representan ningún riesgo en relación con el virus de la actual pandemia.
-¿Qué relación hay entre el coronavirus y los murciélagos?
-No hay ninguna relación entre los murciélagos argentinos, ni los americanos ni los del Neotrópico con el origen del virus que causó la pandemia actual, ni con su transmisión.
Aclarado esto, podemos decir que los coronavirus son una familia de virus bastante conocida, que se encuentra dispersa en todo el reino animal sin generar enfermedad: lo tienen mamíferos, aves, reptiles e incluso peces. Ocurre que la gran mayoría no son patogénicos porque los animales que los albergan conviven con ellos y los mantienen controlados y limitados a esas especies hospedadoras luego de millones de años de coevolución.
-¿Y qué fue lo que pasó ahora con el virus SARS-CoV-2 que originó la enfermedad que hoy conocemos como coronavirus COVID 2019?
-Lo que se sabe es que está emparentado con una cepa presente en cuatro o cinco especies de murciélagos de Asia. Dos de estas especies se pueden encontrar en la provincia china de Hubei, donde está el mercado de Wuhan, lugar donde sospechan (no está demostrado aún) que comenzó la infección. Lo que se cree por estudios moleculares es que la cepa original (no patogénica) pudo haber sufrido una mutación dentro de algún organismo distinto al murciélago, que se convirtió en hospedero intermedio y a partir de esa mutación se volvió patogénica.
-¿Por qué mutó la cepa original inofensiva?
-Porque el hombre perturbó el ambiente donde el virus se hallaba contenido y limitado a sus hospederos “naturales”. El ciclo de las pandemias siempre es igual: se perturba el ambiente y se destruyen ecosistemas, se modifica el equilibrio porque se eliminan especies, el virus pasa a otras especies (spill over), muta y se convierte en patogénico, y al entrar en contacto con el hombre (que también comercializa y consume fauna silvestre en pésimas condiciones de higiene y sanidad) lo enferma.
-O sea que el tráfico de fauna nos expone a estos virus…
-Así es, porque como se mencionó antes, estos virus están contenidos en sus hospederos y eso nos protege a nosotros. Los animales, y entre ellos los murciélagos, nos brindan un servicio ecosistémico muy importante. Cuando el hombre interviene destruyendo y perturbando hábitats permite que estos virus prosperen y todos terminemos expuestos.
-¿Por qué se armó toda esta psicosis con los murciélagos?
-Siempre se busca culpar a alguien débil y “que vende” para no responsabilizar a los grupos de poder y grupos económicos y políticos responsables reales de semejantes pandemias. Los murciélagos causan más “sensación”, se pueden defender menos, siempre resultan demonizados, y es muy fácil y cómodo volver a echarles una nueva culpa: nadie tiene que cambiar nada, el mundo y el sistema capitalista parece que puede seguir funcionando así, y simplemente hay que eliminar a un enemigo claro y débil. Sencillo. Y se pueden movilizar enormes fondos para generar investigación a partir de murciélagos, que son los mamíferos más fáciles y baratos de capturar en grandes números porque viven todos juntos y es muy fácil tomar grandes muestras para estudios. Todo se convierte vergonzosamente en negocio para algunos grupos y sistemas. Todos somos cómplices al tolerar y reproducir esto. Y la pagan los murciélagos, y la pagamos todxs. Menos los verdaderos culpables.
-¿Hay murciélagos en todo nuestro país?
-Sí y en todo el mundo. Sólo en los polos no hay.
–¿Son, de algún modo, peligrosos?
-No, pero hay que respetarlos, y vacunar a las mascotas y al ganado. Esa es la prevención que garantiza el control e incluso garantizaría la erradicación de la rabia en nuestro país. Pero lo que lo impide es que hay que pagar las vacunas, ya sea el Estado o los ganaderos, o un mix. Eso es lo único que hay que negociar. No se puede seguir eliminando colonias de animales que son fauna autóctona protegida e imprescindible para el sistema por no asumir el costo de la vacunación del ganado hoy día.
–¿Son más urbanos o rurales?
-Son tanto urbanos como rurales. Que haya murciélagos en las ciudades es, en parte, porque nosotros vinimos a invadir los hábitats naturales de bosques y cuevas donde habitan. La destrucción de los hábitats sumado a las edificaciones de cemento que construimos y que contienen grietas y orificios que constituyen refugios artificiales, ha obligado a la adaptación a estos nuevos ambientes, donde aparece la conflictividad por la convivencia.
–¿Es cierto que pueden transmitir rabia a humanos o es otro mito?
-Según la OMS, el 99% del contagio de rabia es a partir de los perros, por eso es el foco de sus campañas de rabia. La probabilidad de que un murciélago tenga el virus es de entre el 1,5 y el 1%, o sea muy remota! Y entre los caídos trepa al 3%. Es mentira lo que dicen los medios y muchas campañas de que un murciélago caído está enfermo. No es verdad. Caen por muchos motivos, como las aves. Y el 97 a 98% no está enfermo. Es mucho como para seguir sosteniendo falsedades y asustando a la gente, porque la gente después actúa, comete agresiones, comete delito, y genera el contacto que es lo único que hay que evitar.
-¿Y a los animales?
-De las aproximadamente 1400 especies de murciélagos que existen, en la Argentina hay sólo una que se alimenta de sangre de grandes mamíferos. El problema real con el ganado es que los ganaderos no vacunan al ganado para evitar el costo de la vacuna, que es ínfimo en relación con el precio al que venden cada animal. Como ya mencioné, hay que declarar la obligatoriedad de la vacunación al ganado, como es obligatoria la vacunación de las mascotas.
-¿En qué nos benefician los murciélagos?
-Nos brindan varios servicios ecológicos. 1. Muchos se alimentan de artrópodos que son dañinos para nosotros y pueden ser vectores de enfermedades y plagas de nuestros cultivos (mosquitos, langostas, escorpiones, cucarachas, polillas, entre otros). 2. Otras especies son polinizadoras: hay más de cuatrocientas especies de plantas que dependen exclusivamente de los murciélagos para reproducirse y muchas son de suma importancia económica y nutricional para nosotros (cerveza, café, bananas, tequila, medicinas, etc.). 3. Los murciélagos que comen frutas son importantes regeneradores de bosques al dispersar sus semillas incluso a mayor distancia que las aves. 4. También son bioindicadores, esto quiere decir que son muy sensibles a cambios en el ambiente, de manera que si no vemos murciélagos donde solía haberlos, algo malo está pasando.
–¿Qué hay que hacer cuando nos encontramos con un murciélago?
-Simplemente se lo ayuda a salir, como si fuera un pajarito pero sin tocarlo con las manos desnudas. Esa es toda la ciencia. 1. Si está volando, se deja una ventana al exterior abierta, se apagan las luces, se deja cerrada la habitación y se esperan varias horas después de que se hizo de noche. 2. Si está en el suelo, se lo levanta con una caja o con un trapo o con guantes gruesos tipo descarne y se lo acerca a una ventana o se lo coloca en una caja de cartón. De noche, a una altura mínima de 2 metros y en un lugar con vista despejada, se pone la caja de lado para que pueda caminar hasta el borde y colgarse y se espera a que se vaya tranquilo. 3. Si está lastimado, nos pueden contactar por Facebook o mail, o llevarlo al veterinario “de exóticos” para que lo revise y descarte lesiones en los huesos. Los veterinarios les llaman así aunque es técnicamente incorrecta la terminología: los murciélagos son fauna nativa de nuestro país, pero como los murciélagos no son ni perros ni gatos, los veterinarios que los atienden deben estar especialmente capacitados en su medicina y cuidados específicos, lo cual no es común en Argentina aún. Muchos de estos profesionales desconocen información y datos duros básicos respecto de este grupo de animales.
–Por último, ¿son plaga?
-Para nada: son fauna autóctona y están protegidos por varias leyes. Dañar a un murciélago, a su cría o a su refugio es delito penal. La convivencia con murciélagos es segura, pero si por ejemplo hay murciélagos en el taparrollos y no se quiere convivir, entonces existe un protocolo legal que se puede aplicar entre los meses de abril y agosto y resulta económico y efectivo. Todas las otras opciones de excluir murciélagos constituyen delito y/o son ineficaces, es decir que no resuelven el problema. Hagamos las cosas bien porque se puede y es lo que corresponde.
Nota de la redacción:
SILVIA STRASSER es Presidenta y Directora de la Fundación Murciélagos Argentinos y sus Ambientes, en formación ante la Inspección General de Justicia de la Nación Argentina desde 2019. Es técnica en Gestión, Manejo y Conservación de Biodiversidad (CAECE) y Diploma Superior en Ciencia Política y Sociología (FLACSO).
JULIETA SALLEMI es coordinadora de la Línea nacional de orientación y rescate de Murcieelagos Argentinos y sus Ambientes. Licenciada en Biología (UBA)