En Córdoba, donde felizmente la Bolsa de Cereales de esa provincia lleva registro de los años buenos y malos de la actividad agrícola sin esconder nada, los márgenes agrícolas obtenidos por quienes sembraron soja han sido más que favorables en esta campaña 2020/21, que está llegando a su fin.
“La tasa de rentabilidad de la actividad, que compara el desempeño del rubro ante otras actividades, se estima en 31,6% para la soja de primera en Córdoba, implicando un aumento de 32 puntos básicos respecto a la campaña anterior”, en la que se había perdido dinero, indicó un trabajo de los economistas de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA).
Los cálculos fueron efectuados sobre la base de un campo promedio:
La tasa de rentabilidad es consecuencia de la división entre la inversión inicial que tuvo que hacer el agricultor para sembrar una hectárea de soja de primera, unos 651 dólares, sobre el resultado económico luego de impuestos. Ese 31,6% debe ser una de las mejores rentabilidades logradas en la Argentina este año, aunque debe aclararse que no siempre es así, pues en la campaña 2019/20, para el mismo modelo la rentabilidad había sido negativa en 0,1%.
Este año pintaba igualmente malo, pues debido a la sequía “a fines de 2020 se esperaban rendimientos de soja menores al promedio histórico”. Pero finalmente la productividad promedio de la soja de primera se acercó a 35,5 quintales por hectárea promedio para la soja de primera, y a 30 quintales para la soja de segunda, que es la que se siembra usualmente después del trigo.
A esta productividad 6% mayor que la del año anterior, sin embargo, se sumó el gran dato de esta campaña: un precio de la soja que resultó ser 61% más elevado que el de la campaña anterior. “Este doble efecto positivo llevó a los ingresos totales a un nivel de 1.224 dólares por hectárea”, destacó el análisis.
Para comenzar a descontar los costos, el estudio indicó que los directos (propiamente agrícolas) se incrementaron 6%, debido principalmente al aumento en la tarea de cosecha. Los gastos comerciales, en tanto, subieron en un 10% como consecuencia del mayor volumen transportado como del mayor costo del flete por tonelada.
Luego de impuestos (sin contar las retenciones), que serían de unos 117 dólares por hectárea, surgió de esta análisis que el resultado económico promedio para Córdoba alcanzó los 206 dólares mencionados. Es una de las mejores tasas de ganancia de los últimos tiempos para el sector, pero al mismo tiempo sigue siendo cierto que el productor resigna por retenciones casi el doble de dinero.
La BCCBA también analizó los márgenes de la soja de segunda. “Los resultados se muestran positivos a pesar del mal desempeño que tuvo el trigo en la campaña. Con un rendimiento promedio de 18,6 quintales de trigo en la provincia (38% menor al del año previo) y un rendimiento de soja tan solo 4% superior al de la campaña previa, se obtiene una rentabilidad del 22,5%”, se estimó.
Aquí también la suba de precios ha sido la gran variable, pues el valor del trigo se incrementó 32% de diciembre de 2019 a diciembre de 2020, mientras que la soja lo hizo en un 61% si comparamos los precios de mayo con los del año anterior.