Naciones Unidas viene insistiendo hace rato en asociar al sector ganadero con el daño ambiental a pesar de la evidencia científica que indica que tal argumentación no es adecuada.
Para intentar contrarrestar el discurso dominante que pretende instalar Naciones Unidas no solamente en términos normativos, sino también educativos y comunicacionales, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) armó un pabellón en la COP 27, que se está llevando a cabo en Sharm El Sheik (Egipto), para mostrar que en el Cono Sur producción ganadera y ambiente son perfectamente compatibles.
Con evidencias y datos concretos, referentes de las naciones del Mercosur mostraron este lunes en el pabellón del IICA los programas que han puesto en marcha para medir y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en los sistemas productivos.
El evento, denominado “Ganadería sostenible como aporte a los compromisos hacia la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios”, contó con las exposiciones de Cecilia Jones, coordinadora de la Unidad de Sostenibilidad y Cambio Climático del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca del Uruguay; y de Fernando Zelner, asesor del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil.
Jones explicó que la mayor parte de la ganadería uruguaya se hace sobre pastizales naturales, lo que favorece un importante aporte en términos de secuestro de carbono.
La especialista explicó que Uruguay puso en marcha un sistema para calcular las emisiones por hectárea y por kilo de carne producida. “Esta herramienta nos sirve para ver qué está sucediendo y hemos confirmado que el campo natural es capaz de capturar carbono, a pesar de que muchos piensan que solo los árboles lo hacen”, afirmó.
Países del Sur explicaron en la @COP27P cómo contribuyen en lucha contra #cambioclimático aumentando productividad ganadera e ingresos de productores.
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Trabajando en predios de hasta 2000 hectáreas con planes de sostenibilidad, Uruguay verificó una reducción de 10% en emisiones de GEI gracias a una reducción del stock ganadero que se combinó, gracias al aumento de la eficiencia, con un incremento de la producción de carne.
“Somos capaces de producir más y conservar los sistemas naturales. Hemos podido aumentar los ingresos de las familias, reducir las emisiones y esperamos poder demostrar al final del proyecto que estamos secuestrando carbono y biomasa en el suelo”, resumió Jones.
Fernando Zelner dio detalles de los logros del Programa de Agricultura de Bajo Carbono, principal herramienta de Brasil para la sostenibilidad de los sistemas productivos. El Proyecto ABC+, según explicó, promueve buenas prácticas basadas en ciencia a través de tres mecanismos: préstamos a tasas preferenciales, asistencia técnica para capacitar a los productores y apoyo a la innovación e investigación.
“Fue lanzado en 2009. En los primeros diez años se promocionaron seis tecnologías y superamos las metas que nos había propuesto, ya que restauramos 52 millones de hectáreas, que es una vez y media la superficie de Alemania, y mitigamos 170 millones de toneladas de CO2 equivalente”, puntualizó.
Zelner informó que en la segunda etapa del proyecto lanzada en 2020 se está haciendo foco en cuestiones como fijación biológica de nitrógeno, siembra directa, restauración de pasturas, sistemas agrosilvopastoriles y manejo de los deshechos animales.
“Nuestras metas son intervenir en 72 millones de hectáreas (a nivel nacional) y mitigar la emisión de 1000 millones de toneladas de CO2. Y una de las cosas positivas es que por cada real que se invierte en políticas públicas, los productores invierten siete reales más. Así se ve como la inversión pública puede catalizar inversión privada”, sostuvo.
También participaron en el evento el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Fernando Mattos; el ministro de Agricultura y Ganadería de Paraguay, Santiago Bertoni; y el subsecretario de Coordinación Política de la secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina, Ariel Martínez.
El ministro paraguayo Bertoni resaltó el trabajo del IICA y su director general, Manuel Otero, para desarrollar una visión común en la región. “Nuestra ganadería se realiza de forma sostenible sobre pasturas y es fundamental tener nuestras formas de medición, para que no tengamos que utilizar sistemas de medición que no contabilizan la captura de carbono. No nos dejemos llevar por delante. Tenemos que seguir trabajando para defender nuestra llegada a los mercados y que no nos pongan trabas comerciales”, afirmó.
Por su lado, Mattos consideró que la discusión del ambiente y su vínculo con la ganadería es fundamental para los países del Sur. “Acá se juega un ‘partido’ muy importante. El riesgo que empieza a surgir es que exista un neoproteccionismo comercial de la producción agrícola basado en temas ambientales”, afirmó.
“Somos –añadió Mattos– la única actividad productiva que secuestra carbono y no podemos estar bajo el fuego de las ‘fake news’. Nosotros, que somos víctimas del cambio climático que afecta a los pequeños productores, somos señalados como culpables de algo que es responsabilidad de otros”.
El argentino Martínez coincidió en que los países del sur deben dar la batalla comunicacional y valoró que el IICA haya instalado la Casa de la Agricultura Sostenible de las Américas en la COP 27 para ampliar la voz de la producción de alimentos de la región. “La ciencia ya estaba a favor nuestro desde hace mucho tiempo, pero existe una narrativa desacertada”, concluyó en referencia a las argumentaciones que pretende instalar Naciones Unidas.