Brasil está promoviendo el crecimiento de la industrialización y exportación de harina de soja, que es, nada más y nada menos, que el principal producto de exportación argentino.
La entidad que agrupa a las principales compañías brasileñas agroindustriales (Associação Nacional dos Exportadores de Cereais o por sus siglas Anec) informó que para el presente mes de agosto estima que las exportaciones de poroto de soja terminen en 5,10 millones de toneladas versus 5,79 millones en el mismo período del año pasado.
La noticia no sorprende porque, debido al impacto de la sequía registrada en la campaña 2021/22, Brasil tendrá un menor volumen tanto de soja como de maíz para exportar en el presente año.
Sin embargo, lo que sí resulta sorprendente es que en este mes de agosto Anec proyecta exportaciones de harina de soja por 1,63 millones de toneladas contra 1,27 millones en el mismo mes de 2021. Y no es un hecho puntual, porque los embarques brasileños del producto vienen creciendo en los últimos meses.
La estrategia brasileña es simple: ante la caída de la producción, procesar más poroto para incrementar las exportaciones de harina y aceite de soja, de manera tal de aprovechar los elevadísimos precios internacionales que registraron este año ambos productos.
Así, la industria aceitera brasileña pudo aprovechar los precios internacionales récord registrados entre abril y junio pasado por el aceite de soja, mientras que, en lo que respecta a la harina de soja, los mejores momentos para realizar embarques fueron entre febrero y mayo pasado y lo que va del presente mes de agosto.
Argentina, debido a problemas de competitividad generados por distorsiones cambiarias y una elevada presión tributaria, no pudo aprovechar la buena “racha” de precios internacionales de ambos productos.