Climate Prediction Center e International Research Institute for Climate and Society (CPC/IRI), uno de los principales centros de estudios climáticos del mundo que realiza un seguimiento del fenómeno Niño-Oscilación del Sur (ENSO por sus siglas en inglés), advirtió en 2022 –con anticipación suficiente– que se venía una fase Niña.
Gracias a esa información clave, la mayor parte de los empresarios agropecuarios del Cono Sur pudieron prepararse tanto productiva como financieramente para afrontar el desastre climático que finalmente ocurrió.
Ahora ese mismo equipo de investigadores proyecta que existe un 75% de probabilidad de ocurrencia de un evento “Niño” en el trimestre comprendido entre junio y agosto próximo, mientras que esa posibilidad llega al 80% para el período que se extiende de julio a septiembre.
Eso implica que Argentina, Uruguay y el sur de Brasil podrían esperar un escenario de lluvias superiores a las normales para el período de siembras de la campaña gruesa 2023/24 luego de tres años de penurias.
Otra particularidad es que la proyección de algunos de los centros climáticos muestra un considerable incremento potencial de la temperatura en el Océano Pacífico ecuatorial en los próximos meses, lo que estaría indicando que podría tratarse de una fase intensa de “El Niño”.
Así como el drama del ciclo 2022/23 fue la sequía, en la nueva campaña los problemas podrían derivarse de excesos hídricos, lo que implica que las empresas deberían prepararse desde ahora para hacer frente a ese escenario, tanto en términos de diseño productivo como habitacional y de la red vial rural.
El fenómeno Niño-Oscilación del Sur (ENSO por sus siglas en inglés), que comprende la variación de parámetros meteorológicos del Océano Pacífico ecuatorial, influye de manera determinante en los regímenes de precipitaciones de diferentes regiones del mundo.