El presidente del Paraguay, Santiago Peña, pronunció este lunes un contundente discurso en apoyo al sector agropecuario de su país, y al mismo tiempo lanzó un llamado a quienes quieran invertir allí. Lo hizo al inaugurar la asamblea anual de la Asociación Latinoamericana de Molineros (ALIM 2024), frente a 400 empresarios de ese sector llegados de todo el continente.
En un auditorio ubicado en la sede de la confederación de fútbol Conmebol, que los paraguayos lucen con mucho orgullo, Peña se lució con un compacto discurso plagado de historia y recordó que fue allí mismo, en la ciudad de Asunción, donde en 1537 comenzó a construirse la historia moderna de esta región. “Por trescientos años esta ciudad fue la base del desarrollo y por eso se la conoce como Madre de Ciudades”, recordó el presidente, que recordó que “para 1840 Paraguay era la nación más prospera” e incluso fue uno de los primeros países en declarar su independencia de España.
Hoy, durante el Acto Inaugural de la 42° Asamblea Anual de la Asociación Latinoamericana de Industriales Molineros (ALIM 2024), que tiene a Paraguay como sede, destacamos el potencial de nuestro país y la importancia de la integración regional para impulsar el desarrollo. Este… pic.twitter.com/Sgpr7JPn3x
— Santiago Peña (@SantiPenap) October 28, 2024
De todos modos, luego reconoció que “ese camino hacia el progreso” se vio alterado con la guerra fraticida de la Triple Alianza (Brasil, Argentina y Uruguay) en contra de los paraguayos, que terminó en 1870. “Esa guerra no provocó el exterminio de Paraguay pero si trunco su desarrollo”, lamentó Peña en tono de reproche, recordando que en aquella tragedia murieron cerca del 60% de los paraguayos.
Por su condición de país mediterráneo, acotó el presidente paraguayo, su país no pudo aprovechar la oleada de inmigrantes que se dio en todo el continente entre 1880 y 1920, con cerca de 80 millones de europeos buscando nuevas tierras y un futuro digno. “Éramos una tumba a cielo abierto”, fue la metáfora elegida por el Presidente. Desde su perspectiva, esta situación demoró el progreso que sí se registró en otros países de la región, con mayor acento en la Argentina.
Peña ubicó en el año 1989 el inicio de un nuevo proceso político y económico en su país, que ya lleva una sucesión de 35 años de gobiernos democráticos.
La última vez que Paraguay había recibido un congreso molinero como este, que se desarrollará hasta el miércoles, había sido un poco después de eso, hace 28 años. En ese momento todavía regía una economía centralizada con gran participación del Estado. En los últimos años hubo un avance decidido hacia una economía de mercado. Eso provocó, en el rubro de los derivados del trigo, que en los últimos años la cantidad de molinos instalados en Paraguay haya crecido de solo 5 a unas 22 empresas.
Peña fue muy elogioso con el papel del agro en todo este proceso, que según su juicio se consolidó a partir de la decisión de aplicar el llamado esquema 10/10/10. Esto es la decisión política del gobierno de aplicar una alícuota de solo 10% en los tres impuestos que más aportan, el de Valor Agregado, el de la renta personal y el de la renta empresarial. En el caso del IVA, que en Argentina es de 21%, en Paraguay estaba en 30% y por eso allí existía una fuerte informalidad en toda la economía, que ahora empezó a revertirse.
Según Peña, la decisión de tener en el vecino país “un sector público más pequeño”, permitió el despegue de rubros simbólicos de la producción paraguaya, como la soja, el trigo, el maíz y la carne. En todos esos sectores, la producción de base se triplicó desde hace 20 años y las exportaciones crecieron varias veces más. Por ejemplo en trigo se importaban 50 millones de dólares y ahora se exportan por más de 130 millones. En carne la sorpresa fue mucho mayor, porque de exportar solo por 40 millones de dólares al principio del milenio se llegar ahora a un ingreso de divisas que supera los 1.200 millones.
Pero la gran promesa, según el presidente Peña, está en el futuro desarrollo agropecuario en la región del Gran Chaco, que “inevitablemente va a venir”, dijo.
A la baja presión fiscal sobre las empresas productivas, Paraguay suma una búsqueda desesperada de nuevos mercados para colocar estos productos. Por fuera del Mercosur, del que se desmarca cuando es necesario, el vecino país ya firmó un acuerdo de libre comercio con Singapur y está en tratativas avanzadas con los Emiratos Árabes Unidos. Además aguarda que se destrabe el demorado pacto comercial entre la Unión Europea y el Mercosur. “Después de 25 años ya es momento de tomar la decisión sobre si avanzamos o no”, señaló el Presidente.
Finalmente, Peña cerró un discurso cargado de notas históricas para sintetizar cómo ve el momento actual de su país. “Por mucho tiempo vivimos aislados del mundo. Del aislamiento físico quizás no podamos salir, pero si podemos hacerlo del aislamiento mental. Ahora trabajamos porque queremos liderar la integración”.
Luego convocó a los extranjeros a invertir en su país: “Sabemos que lo que nosotros tenemos es agua, tierra y gente joven con ganas de progresar. No hay dinero en el mundo que pueda comprar todo eso”.