Han aparecido en las últimas semanas varios análisis que dan cuenta de la recuperación de la cosecha argentina de granos en la campaña 2018/19, luego de un ciclo previo signado por una intensa sequía. Los análisis no dan para descorchar, pues solo muestran que la Argentina volverá a tener volúmenes habituales de entre 125 y 130 millones de toneladas. Bienvenidas. La mayor parte de esa producción se exportará e ingresarán divisas que son necesarias para una paulatina normalización de la economía.
A partir de los datos de producción, hay coincidencia entre estudios en que la Argentina podría exportar granos y supbroductos y recibir así unos 28 mil millones de dólares en la nueva temporada. La Fundación Mediterránea, por ejemplo, habló con precisión de 28.125 millones en un escenario de rendimientos promedio.
Más cerca, este fin de semana, la Bolsa de Comercio de Rosario volvió a augurar para 2019 un total aproximado de 28.000 millones de dólares en embarques. “De este total, se espera que 18.364 millones provengan del complejo soja (poroto de soja, harinas, aceite y biodiesel) y un poco más de 9.629 provenga del resto”, indicó.
A partir de ese supuesto, que depende finalmente que los pronósticos de cosecha se cumplan y se sostengan los precios internacionales, otro cálculo posible de hacer es cuánto recaudará el Estado Nacional en concepto de retenciones. O mejor dicho, cuánto del margen bruto generado por los agricultores será transferido de modo compulsivo hacia el Fisco, porque así actúan las retenciones. No es difícil hacer el cálculo sabiendo que el complejo sojero tributa casi 30% de retenciones (18% fijo más el plus de 4 pesos por dólar). Para el resto de los granos, corren las generales de la ley, lo que equivale a un 11 o 12% del valor FOB.
En total, siempre según estos supuestos, el Estado aspirará del sector granario unos 6.384 millones de dólares por derechos de exportación. A un tipo de cambio cercano a 40 pesos, esto implicará unos 255 mil millones de pesos de recaudación. Es cerca del 5% del total de la recaudación prevista en el Presupuesto 2019, que llegaría a 4.829 millones de pesos.
En su cálculo, el Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea estimó que el Gobierno nacional podría recaudar por retenciones a los granos y sus subproductos 5.654 millones de dólares, unos 1.730 millones más que en la cosecha anterior. La entidad toma un tipo de cambio promedio de 43,3 pesos para 2019, por lo que llega a 244.000 millones de pesos. Esto sería un 130% más en pesos de lo que ingresó en 2018.
Redondeando en 250.000 millones de pesos, lo siguiente que habría que ver es cuánto de ese monumental masa de dinero regresa a los productores que lo aportan. Más allá de algunas obras (que en general se realizan con endeudamiento externo), no hay grandes partidas en el presupuesto nacional que tengan como beneficiarios directos a los productores o las empresas agrícolas. La Argentina no es un país que subsidie a sus productores sino todo lo contrario: los exprime.
El principal fondo de intervención directa que tiene el Estado Nacional es el de Emergencia Agropecuaria, establecido por ley. Se supone que con ese dinero el estado debe socorrer a los productores que han padecido el efecto de inundaciones, sequías u otras catástrofes naturales. En 2009, año de promulgación de la ley, se fijó en 500 millones de pesos anuales y desde allí nunca fue actualizado ese fondo, que arrancó siendo de unos 15 millones de dólares y ahora solo llega a 1,2 millones.
Ver El fondo de Emergencia Agropecuaria quedó desactualizado y desde 2009 se sub-ejecuta
El cierre de esta nota es obvio: con lo que el gobierno recaudaría de retenciones agrícolas en 2019 podría multiplicar más de 500 veces el actual fondo nacional de emergencia agropecuaria.
Pero no hay nadie que públicamente analice esta posibilidad. Y ni siquiera se proyecta duplicar el dinero que el Estado gasta para socorrer a los productores.