Esta semana las negociaciones emprendidas por el gobierno de Javier Milei con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para concretar un nuevo acuerdo tendiente a normalizar el descalabro cambiario heredado de la gestión anterior dispararon rumores de diferente calibre y color.
En ese contexto los futuros de dólar en el mercado A3, junto con la divisa operada en mercados bursátiles (MEP), experimentaron turbulencias que fueron aprovechadas por algunos empresarios agrícolas con conocimientos en gestión de instrumentos financieros.
“Cuando la tasa de interés en pesos está por debajo de la tasa implícita de devaluación, se presenta una oportunidad de arbitraje”, explicó a Bichos de Campo Diego Palomeque, asesor financiero y director de la consultora Agroeducación.
Por ejemplo: con un costo del dinero de 35% (tasa nominal anual) a 100 días de plazo, ayer viernes fue factible vender un contrato de dólar futuro a junio próximo a un precio de 1196 $/u$s, lo que permitió disponer de financiamiento a una tasa negativa en dólares del orden del 7% (tasa negativa, en “criollo”, es “dinero regalado”).
“La denominación técnica de esa operación es ‘dólar sintético’ y la tasa lograda es negativa porque la devaluación implícita supera a la tasa de interés vigente”, comentó Palomeque.
Otra posibilidad concreta fue aprovechar los precios firmes que (por ahora) sigue teniendo la soja junto con la turbulencia cambiaria para cerrar ayer en el mercado A3 una venta del contrato Soja Rosario Abril 2025 y luego pesificarlo con un contrato de dólar futuro de esa misma posición, de manera tal de lograr un precio por cobrar a fines de abril de 333.800 $/tonelada versus un disponible actual de 329.948 $/tonelada según el valor promedio registrado en la plataforma Sio Granos.
Luego ese cheque a cobrar a fines de abril por 333.800 $/tonelada puede emplearse como medio de pago para adquirir insumos o servicios. De esa manera, más allá de lo que suceda con el precio de la soja dentro de un mes, la empresa preserva el capital disponible.
“Para algunas empresas agropecuarias, que no necesariamente son de gran escala, la ingeniería financiera representa una dimensión más por gestionar junto con la productiva, la comercial y la impositiva”, resume el especialista.