Con la Nueva Vicentín Argentina ya en marcha, controlada desde ahora por el grupo Grassi (en el marco de una asociación estratégica con Cargill y Bunge), el flamante directorio de la empresa visitó las plantas productivas de Ricardone, San Lorenzo y Renopack, en Santa Fe.
Antes del fin del año, el nuevo presidente, Mariano Grassi, y su vice, Leandro Salvatierra, realizaron una recorrida que incluyó encuentros con los trabajadores y reuniones con los líderes de las distintas unidades operativas, en las que se expusieron los principales lineamientos del plan de trabajo de la nueva conducción.
“Se avecinan para todos tiempos mejores, de trabajo conjunto, con un solo objetivo común que permita el crecimiento de la empresa y el de sus trabajadores. Tiempos para construir una Nueva Vicentín que vuelva a ser un participante destacado y pujante de la cadena agroindustrial argentina”, dijo Grassi respecto del rumbo de esta renovada Vicentín.
“Venimos a aportar nuestros máximos esfuerzos y nuestra capacidad para hacer real este sueño que perseguimos con tanto ahínco y determinación”, añadió.

El empresario aprovecho la ocasión para agradecer a los trabajadores que mantuvieron la operatividad de las plantas, en especial durante los momentos más conflictivos del concurso de acreedores, en el que ingresó la firma allá por 2020. Fue por entonces que debió recurrir a los servicios de molienda a fasón para generar recursos y afrontar el pago de salarios y los costos de mantenimiento.
Previo a la cesación de pagos, Vicentín era líder absoluto en exportaciones argentinas de productos oleaginosos.




