Con el fracaso del “dólar soja”, incluso reforzado por “dólar girasol” y el “dólar cebada cervecera”, y la fallida gestión realizada en Brasil, que intentó –sin éxito– habilitar la posibilidad de realizar importaciones sin necesidad de enviar dólares al país vecino, el gobierno argentino depende exclusivamente de las “migajas” del financiamiento obtenido en entidades multilaterales para evitar un colapso cambiario.
El “dólar agro”, en todas sus versiones, apenas logró adelantar divisas de agroexportaciones por una suma de 1867 millones de dólares, que es un gran número para las posibilidades presentes en el agro argentino en la actual coyuntura, pero un fracaso frente a la escasez de dólares presente en el sistema, los cuales, vale recordar, son malgastados diariamente en gran medida para contener un tipo de cambio oficial artificialmente bajo.
Si bien el acuerdo para emplear yuanes con el propósito de importar insumos de China contribuye a descomprimir la crisis cambiaria, por otra parte enturbia las negociaciones realizadas en EE.UU. para obtener un desembolso extraordinario del Fondo Monetario Internacional (FMI), que permita a la actual gestión llegar sin sobresaltos disruptivos a las elecciones presidenciales de octubre próximo.
Se iniciaron gestiones en Rusia para intentar obtener un acuerdo similar al logrado con China, que fracasaron (como era esperable), y las esperanzas de lograr un crédito comercial-cambiario con Brasil, que estaban en alza en el marco del supuesto alineamiento ideológico del gobierno de Alberto Fernández con el de Inácio Luis “Lula” da Silva, naufragaron de manera estrepitosa.
No hay bombas ni misiles, pero, aunque no lo sepas, en el Mercosur también se libra una guerra
En el “mientras tanto”, las urgencias vienen siendo cubiertas con financiamiento puntual de organismos multilaterales obtenido con el aval del gobierno estadounidense de Joe Biden, algo que exaspera a los funcionarios argentinos, dado que entre el anuncio y el desembolso efectivo pasan varios días y a veces semanas, al tiempo que la crisis cambiaria se gestiona apagando “incendios” todos los días.
La semana pasada se montó un acto para anunciar el “Plan Integral Argentina Irrigada”, que luce insólito en la complicada coyuntura argentina, cuyo único propósito era justificar el financiamiento de 394 millones de dólares asociado al mismo, el cual será provisto por el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y el Fondo Saudí para el Desarrollo.
Esta semana BID aprobó un préstamo de 150 millones de dólares para “fortalecer las trayectorias educativas de niños, niñas y jóvenes de la provincia de Buenos Aires” y otro de 265 millones para promover “los niveles de inclusión de las personas con discapacidad”.
Los motivos, en realidad, poco importan, porque, si bien se trata de endeudamiento genuino asumido por el Estado argentino, el mismo tiene la función primordial de incrementar las reservas internacionales del Banco Central (BCRA) en un contexto de crisis cambiaria que está incentivando el progresivo retiro de divisas del sistema financiero por parte de los argentinos.
Semejante panorama, adicionalmente contribuye a retrasar decisiones de ventas de granos, pues, en términos cambiarios, es mucho más seguro mantenerse en grano para proteger el capital de trabajo que en pesos argentinos.
¿Dónde están las divisas? Un gráfico para entender el fracaso del “dólar soja”
Muchachos lo mismo hizo martinez de Hoz con quien creo que todos tenemos mucha afinidad, Joe y la tablita recuerdan
Locura, es que sea ministro de economía, ya de ahí partieron mal , eso ya es vivir en un mundo paralelo, lamentablemente estamos viviendo en una anarquia, estamos solos no existe el gobierno ,esto es una peli de terror