Los márgenes proyectados para el ciclo 2024/25 tanto de soja de primera como de maíz temprano mejoraron en el último mes a causa de la baja de costos promovida por el ajuste de los fertilizantes nitrogenados y algunos fitosanitarios, pero eso no implica que el negocio haya salido de la “zona de riesgo”.
La plataforma AgBi, desarrollada por AZ Group y Simpleza, muestra que, con rendimientos promedio históricos, el maíz temprano en la zona núcleo pampeana tiene un margen neto proyectado –considerando un arrendamiento o costo de oportunidad de la tierra de 528 u$s/ha– del orden de 150 u$s/ha.
Sin embargo, cuando se introduce el riego ambiental (Spiroplasma) y el factor climático, entonces no cabría esperar un rendimiento promedio superior a los 80 qq/ha, lo que haría que, con los precios actuales esperados a cosecha, que el negocio genere un quebranto económico.
El riesgo de ataques agresivos de Spiroplasma no puede descartarse en 2024/25, al tiempo que el último pronóstico ENSO publicado esta semana por el Centro Nacional de Predicción Climática de EE.UU. (NCEP-NOAA) indica que en el próximo mes de mayo se prevé el ingreso de una fase “Neutra” para luego pasar a un evento “La Niña” a partir de junio-agosto (fenómeno asociado estadísticamente a una alta probabilidad de precipitaciones menores a las normales para la primera y el verano próximo).
En lo que respecta a la soja, el ajuste del valor de algunos fitosanitarios –con el glifosato a la cabeza– junto con el alza registrada por el valor del contrato Soja Rosario Mayo 2025 del Matba Rofex, también levantaron los márgenes proyectados del cultivo en las últimas semanas.
En este caso, también considerando un arrendamiento acorde a la zona núcleo pampeana, con un rendimiento promedio histórico el margen neto se ubicaría, para el modelo planteado por la plataforma AgBi, en poco más de 45 u$s/ha para un rinde de 40 qq/ha.
Sin embargo, tal como sucede en el caso del maíz temprano, aspirar a lograr rendimientos promedio históricos en una campaña marcada por “La Niña” no luce realista.
Por supuesto: los márgenes proyectados por el modelo son una generalidad que luego, en el caso propio de cada empresa, variará en función de la condición ambiental del lote, profundidad de la napa y su probable evolución y diseño agronómico por implementar, entre otras variables.