El impacto del cambio climático y la necesidad de conservar el recurso suelo ya dinamiza cambios contundentes al interior de las cadenas agroindustriales, tanto a nivel de la demanda como a nivel de la producción. Y aunque algunos todavía descrean de ello, son cada vez más las empresas de primer nivel que deciden adaptarse a las nuevas reglas del juego y hacer lo suyo en pos de la sustentabilidad.
LDC, sigla con la que ahora se nombra a la histórica Louis Dreyfus Company, es una de las que optó por comenzar a correr esa carrera, para lo cual lanzó aquí su propio programa de agricultura regenerativa, que ya implementa en países como Estados Unidos, México y Brasil.
Este año, Argentina también se sumó a ese grupo de la mano de los primeros 8 productores de soja y maíz de la zona núcleo (incluye al sur de Córdoba, sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires), que abarcan juntos cerca de 10 mil hectáreas.
A nivel global, la firma especializada en el trading de materias primas apunta a incidir positivamente sobre 1,2 millones de hectáreas de soja, maíz, palma, colza-canola, algodón, naranja, café y cultivos en rotación de cara al 2030, alcanzando a un total de 30 mil productores. En el caso de Argentina, el programa buscará involucrar en esta primera instancia a 400 agricultores, sobre una superficie de 205 mil hectáreas.
“La agricultura regenerativa es un enfoque que busca mejorar la salud del suelo y la biodiversidad, al tiempo que mantiene la productividad y la rentabilidad en la actividad. Abarca prácticas agrícolas que buscan brindar impactos positivos en al suelo, al agua, a la biodiversidad y al clima, al tiempo que mejoran la resiliencia del sistema agrícola”, dieron cuenta desde LDC.
El enfoque de la iniciativa de adapta en función de cada país y realidad. A nivel local, las prácticas regenerativas a implementar son los cultivos de servicio, la integración con la ganadería en la rotación, rotación de cultivos comerciales, el manejo responsable de nutrientes (MRN) y el manejo integrado de plagas (MIP).
Para convencer a los productores, en LDC afirmaron que su programa contemplará distintos beneficios que van desde incentivos económicos (que varían de acuerdo a la práctica implementada) y durarían los primeros cinco años hasta prioridad de cupo en el puerto, descuentos en fertilizantes y semillas, y otras ayudas en materia logística.
El programa incluye también la colaboración de distintos actores de la cadena agrícola como la ONG The Nature Conservancy, que brindará apoyó técnico; la consultora Peterson, encargada de verificar los indicadores a campo y evaluar las mejoras ambientales; Aapresid, que dará asesoramiento a los productores; la proveedora de insumos Syngenta; el Banco Galicia, que ofrecerá distintas opciones de financiamiento para las inversiones que se requieran realizar; y hasta Nestlé Argentina, que impulsará la demanda de productos generados en el marco de esta iniciativa.