La mayor duda era si, en medio del tembladeral político y económico que pone en jaque su gestión, Mauricio Macri iba a poder cumplir su promesa. Finalmente lo hizo: en la Casa Rosada el presidente se puso una vez más al frente de la Mesa de Competititvidad Foresto Industrial, que debatió sobre la urgencia en debatir en el Congreso la prórroga o modificación de la Ley 25.080, de Promoción de Bosques Cultivados.
La que estaba estaba pautada desde antes de esta crisis cambiaria era la quinta reunión de la Mesa Forestal. Como para dar una muestra de que la vida productiva pos-retenciones continúa, Macri le dio importancia mayúscula al encuentro y los fotógrafos oficiales se ocuparon de sacar buenas fotos. Como novedad, la escenografía mostraba por primera vez al ministro de la Producción, Dante Sica, flanqueando al presidente, mientras que Luis Miguel Etchevehere, uno de los promotores más activos del tema forestal, fue desplazado varias sillas. La gacetilla de Presidencia, además, lo presentaba como “secretario”.
La Asociación Forestal Argentina (AFOA), entidad que agrupa a las principales empresas del sector maderero, informó luego de la reunión que el primer tema técnico abordado fue “la necesidad de un urgente tratamiento legislativo al proyecto de modificación y prórroga de la Ley 25.080”, que se sancionó en 1998, fue prorrogada en 2008 y tiene vencimiento este año.
“Cabe destacar que esta norma es la principal herramienta de política sectorial vigente para promover las plantaciones y el enriquecimiento de bosques nativos”, indicó el comunicado. De su vigencia, en rigor, dependen estímulos como la estabilidad fiscal o los subsidios a las nuevas plantaciones. Mediante este sistema, el Estado Nacional debe devolver el 80% de los costos de implantación de los bosques cultivados a los pequeños productores, aunque por h o por b generalmente ese dinero llega tarde y mal hacia los productores.
“Esperamos que los legisladores tomen este tema urgente. Esta Ley de promoción es prioritaria para que el sector alcance un desarrollo en el país similar al que tienen países vecinos como Brasil, Chile y Uruguay”, afirmó el presidente de AFOA, Osvaldo Vassallo, que además se quejó por la demora en los desembolsos.
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“Vemos que hay más de 80 millones de pesos en resoluciones de pago pendientes, de un presupuesto total de 100 millones para todo el ejercicio. Es preocupante”, comentó el forestador. En respuesta a este tema, informó AFOA, el presidente Macri consultó al secretario Etchevehere sobre la situación, mostrando su predisposición a la solución.
Al abrir la mesa, el coordinador empresario de la misma y representante de la Sociedad Rural Argentina, Marcos Pereda, destacó que a un año de la primera mesa forestoindustrial se pusieron en marcha “10 Mesas Técnicas”, que involucran a 8 ministerios y a varias provincias, para avnzar en los diferentes temas pendientes.
“Estamos trabajando en distintos aspectos que le den competitividad al sector y los logros están a la vista”, explicó Pereda, quien sitó como ejemplo que “logramos bajar los costos del puerto de Buenos Aires en un 35%”.
Todos los integrantes de la Mesa mostraron su entusiasmo con lo que llaman el Plan Estratégico ForestAR 2030, que tiene el objetivo de llegar para ese año a 2 millones de hectáreas de plantaciones forestales, con un fuerte salto desde las 1,2 millones de hectáreas con que cuenta actualmente el país.
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“Se ha comenzado un proceso con el objetivo de posicionar a la Argentina como una potencia forestal y foresto-industrial sostenible para el año 2030”, elogió Santiago Gowland, de la empresa TNC.
Por otro lado, el representante de la Superintendencia de Seguros mencionó que ya se están recibiendo fondos vinculados al “Seguro Verde”, que fue anunciado en junio pasado por Macri y es la gran esperanza de los forestadores para poder llegar a esas metas. Se trata de un mecanismo de financiamiento con “aportes voluntarios” de las compañías de seguros a las nuevas plantaciones, ya que esas empresas prometieron destinar el 1% del monto de las pólizas cobradas a los automovilistas como aportes a la Ley 25.080 en una suerte de “compensación por la mitigación de los árboles a los gases que producen el efecto invernadero”.
“Este mecanismo cubriría la falta de presupuesto del Estado Nacional, garantizando el cumplimiento de la Ley y alcanzando la meta fijada de 700 mil nuevas hectáreas de superficie forestada en 2030, pasando de 1,3 a 2 millones”, se sinceró el titular de AFOA.
Macri, por un rato, pudo distraerse escuchando hablar de los temas de competitividad sistémica que quiso impulsar desde que comenzó su gestión con este tipo de mesas. Luego volvió a la coyuntura, su gran dolor de cabeza.