Vamos a hacer un ejercicio práctico para entender el mal humor de los productores y discutir si el agro se banca o no un nuevo aumento de retenciones. La regla es entender que producir granos (hablaremos de la soja) tiene costos y precios dolarizados que, en casi ningún caso son fijados por el propio sector primario.
Néstor Kirchner gobernó la Argentina entre 2003 y 2007 con una soja que valía 340 dólares (según los promedios publicados por la Bolsa de Cereales de Córdoba, pero actualizados a octubre de 2019) y aplicaba retenciones del 23,5%. Recaudaba 80 dólares y le dejaba al negocio agrícola 260 dólares.
Cristina Kirchner, en su primer mandato, gozó de una soja en suba, que promedió 502 dólares actualizados. Subió las retenciones al 35% (y pretendió llevarlas a 44% con la frustrada Resolución 125) y por eso embolsaba 176 dólares por tonelada de soja. De todos modos, quedaban 327 dólares en el sector privado, para cubrir costos, pagar otros impuestos y tener rentabilidad.
De nuevo Cristina, en su periodo de 2011 a 2015, gobernó con una soja de 512 dólares, a la cual siguió aplicando una retención del 35%. El Estado se apropiaba así de 180 dólares y para el negocio agrícola (con costos e ingresos) quedaban 332 dólares.
Vino Mauricio y entre subas y bajas la alícuota de retenciones bajó al 28% promedio. Como la soja también bajó a un valor promedio de 394 dólares, la recaudación del Fisco fue de 110 dólares y al negocio agrícola le quedaban 284 dólares, 50 dólares menos que con Cristina.
Alberto, ahora, arrancó con una soja de 370 dólares (según valor FOB), sobre la cual está aplicando una alícuota de 30%. El Estado se lleva 111 dólares y al negocio agrícola le quedan 259 dólares. Son 20 dólares menos que con Macri. Los mismos dólares que los productores recibían con Néstor, 15 años atrás, para hacer frente a todos sus costos.
¿Y qué pasaría si Alberto sube ahora las retenciones a la soja al 33%, como se preanuncia en la Ley de Emergencia Económica que envió al Congreso? Bueno, que la porción que se lleva el Estado treparía a 122 dólares y al negocio agrícola le quedarían 248 dólares. En esa moneda dura, sería la porción más chica desde que volvieron las retenciones en 2002.
Este ejercicio teórico (sustentado en promedios) nos permite descubrir primero que las retenciones no han ido modificándose según el valor del precio de la soja (que no se define aquí sino en el Mercado de Chicago). O mejor dicho, los derechos de exportación se acomodaron a la suba cuando la soja subió, pero cuando la soja bajó no se acomodaron en la misma proporción a la baja.
Otra lectura obligada es que los dólares que quedan en manos privadas nunca han sido tan pocos como ahora:
- Con Néstor quedaban 260.
- Con Cristina, en el primer período, quedaban 327.
- Con Cristina, en el segundo periodo, quedaban 332.
- Con Macri quedaban 284.
- Con Alberto ahora quedan 259.
- Y podrían quedar solo 248 dólares si las retenciones van a 33%.
Que uno diga que quedan 250 dólares para los privados lejos está de querer decir que ese dinero queda en manos de los productores: con esa plata se paga el costo de la tierra, el costo de los insumos, las tareas agrícolas y los demás impuestos. También tiene costos de comercialización y debe pagar el flete. Finalmente se sabe cuánto le queda al productor cuando cosecha y ve si la soja que obtuvo le alcanza para cubrir esos costos y le deja ganancia.
Otra lectura podría ser que en el 2008 el conflicto agropecuario fue una pelea en la abundancia: nunca hubo tantos dólares para repartir entre el Estado y el sector privado. Como muestran los números, ahora la torta se achicó mucho. Y entonces la pelea renovada por las retenciones se registra en un contexto de escasez.
El Estado dice que los dólares no le alcanzan y puede ser que tenga razón. ¿Pero quién se pregunta cómo les va a los productores? ¿Por qué sí le alcanzarían a ellos si la porción que les queda de una tonelada de soja se ha reducido a la misma expresión en veinte años?
Con un agravante del cual nadie habla: los costos de producción en dólares han subido visiblemente en los últimos años, especialmente por la dolarización de los precios del gasoil y la aparición del fenómeno de las malezas resistentes al glifosato. En algunos casos, los productores tiene que gastar de 80 a 100 dólares adicionales por hectárea para hacer frente a estas malezas rebeldes.
Alberto dice que quiere acordar con los productores. Bienvenido sea. Pero lo hace siempre con su lenguaje, priorizando sus propias necesidades y las del sector público, y sin ponerse nunca en la piel del otro.
Eso no es acordar. El lenguaje que mejor entienden los productores está en las planillas de márgenes agrícolas.
Se olvidan que los insumos agrícolas contra la soja en el valor de soja, hay un 8% de diferencia. O sea que no cobramos al mismo precio que dichos insumos.
Todos esos números están muy lindos, siempre que el cultivo venga bien. Costos de producción, alquiler,impuestosa la renta y sobre todo las retenciones que son perversas pues aunque te rinda nada, que no cubras los costos, te la sacan igual. Son peor que los usureros, te llevan todo pero no te dan nada.
Pobres los sojero che…no quieren q les prestemos plata???? Si no les es negocio…sencillo reconviertanse….manejen drones o pongan cervecerías artesanales….no es eso lo q les decian a las pymes q fundio macri???? Aprendan a vivir en la incertidumbre….se acuerdan????……el campo saco la cara por los jubilados???….por los maestros????….por los pobres???…nunca los vi….nunca protestaron por algo q no sea su bolsillo….se callaron durante 4 años de desastre macristas y se las llevaron a paraisos fiscales….si hay inundacion creditis ” blandos ” si hay sequia…subsidios….el gas oil subsidiado…etc….no jodan mas…si no quieren retenciones vendan los campos y dediquense a otra cosa mas rentable…los pooles de siembra siempre lo mismo….aflojen muchachos…a lo sumo no van a poder cambiar la hilux por un año y el iphone…no es tan grave….hay gente q no come…perdio el trabajo…cerro su pyme culpa de q uds apoyaron a este sinverguenza ladron de Macri….ahora se termino
Que poco conoces el sector mas dinamizador de la economia, el productor vive en la incertidumbre (sea climatica, politica, economica, etc) y sin embargo entierra todos los años U$S 11 mil millones para producir. No pide dadivas ni subsidios, simplemente reglas claras para producir y generar alimentos para el resto de la poblacion. Que en la Argentina haya hambre es simplemente por la conveniencia politica de los gobiernos populistas, que hacinan a todos en los conurbanos de las capitales sin otro medio para desarrollarse
Cuando lees comentarios como escribe ” el ruso” ves personas que escriben seguramente sin conocer en lo absoluto el sector productivo. En Chaco el 75% de los productores son pequeños y medianos. Los productores son de los pocos sectores que no piden al gobierno regalías de hecho siempre piden que los dejen trabajar (no andar subvencionando al estado o a otros sectores por ineficiencias o corrupción). Sobre que apoyen a tal o cual candidato, no se puede condenar a un sector y generalizar por su orientación partidaria. Si cada sector aportará lo suyo sin exprimir al que trabaja , seguramente las cosas serían muy diferentes