La inflación, producto de la emisión monetaria descontrolada, hace que los ingresos de los argentinos cada vez alcancen para menos cosas. En ese contexto, un funcionario nacional tuvo una gran idea para congelar los valores de los alimentos: crear una “Empresa Nacional de Alimentos”.
Se trata del referente del Movimiento Popular La Dignidad, Rafael Klejzer, quien en 2020 fue nombrado director Nacional de Políticas Integradoras del Ministerio de Desarrollo Social con una autorización excepcional, dado que no reúne los requisitos mínimos establecidos por el cargo.
En su cuenta de Twitter, Klejzer expuso que “una Empresa Nacional de Alimentos, directamente asociada con los productores, permitirá impulsar el rol activo del Estado, en cuanto a la planificación, regulación, control, producción, análisis de costos y comercialización de los alimentos, en un mercado que hoy está fuertemente concentrado y en manos de grandes corporaciones”.
La explicación del funcionario, que incluso cuenta ya con el propio logo de la empresa hipotética, asegura que con esa iniciativa “será posible generar un precio de referencia en los productos de consumo masivo y ponerle freno a la avaricia de las empresas que entienden al alimento como una mercancía y no como un derecho social”.
Crear una Empresa Nacional de Alimentos es clave para activar el rol del Estado en la planificación, regulación, control, producción, análisis de costos y comercialización de los alimentos de manera no monopólica y no dejar el mercado en manos de las grandes corporaciones 👇 pic.twitter.com/txLLeHhxM6
— Rafael Klejzer (@rafaelklejzer) February 15, 2022
“Normalmente el aumento de precios de los alimentos está por encima de la media inflacionaria, eso quiere decir que hay un ensañamiento con los hogares argentinos y una enorme transferencia de recursos de los sectores populares a los sectores concentrados de la economía”, afirmó el dirigente social sin advertir que todos los precios de los bienes y servicios se ajustan semana tras semana –no sólo los de los alimentos– por efecto de la desvalorización creciente del peso argentino.
La estatización de la mayor parte de las industrias alimenticias, junto con el establecimiento de precios máximos, fue una de las políticas implementadas por el régimen chavista en Venezuela con resultados catastróficos.
En la presente campaña, según datos de Fedeagro, la cosecha venezolana de maíz blanco, que se emplea para elaborar las tradicionales arepas, fue de 502.250 toneladas, una cifra que no alcanza para cubrir la demanda interna, por lo que deberá importarse otras 696.000 toneladas en el presente año.
Eso hace que el precio del maíz en el mercado interno cotice al precio de paridad de importación en un momento en el cual los valores internacionales del cereal se encuentran muy elevados. Un auténtico drama para la mayor parte de la población venezolana, que vive mensualmente con unos pocos dólares.
El contraste de esa situación es la proliferación de negocios en Venezuela en los cuales se venden alimentos importados en dólares, a los cuales pueden acceder aquellos que reciben ingresos en esa moneda, ya sea por vía de remesas de familiares del exterior o bien a través de servicios prestados a través de plataformas digitales.
Osea que esta pidiendo armar una empresa que vaya a perdida para que la subsidie el estado ,genial