Malas decisiones de política económica y un entorno de alta inestabilidad que afecta la dinámica macroeconómica hizo que la Argentina perdiese la posibilidad de hacerse con miles de millones de dólares.
Argentina, el primer exportador mundial de harina y aceite de soja, tenía en el primer tramo de este año todo para “comerse la cancha”, pero no pudo ser porque el gobierno nacional, lejos de impulsar las exportaciones de ambos productos, complicó al sector con un aumento de derechos de exportación.
Adicionalmente, las distorsiones cambiarias y turbulencias macroeconómicas alteraron el normal ritmo de comercialización de soja en el mercado argentino, lo que provocó que la industria oleaginosa no dispusiera de mercadería suficiente para aprovechar la inédita coyuntura global.
Ambos factores hicieron que el país –en realidad todos los argentinos– perdiesen una oportunidad histórica, dado que hasta la fecha apenas se registraron embarques de harina de soja 2021/22 por 11,3 millones de toneladas sobre un total potencial de 28,5 millones, mientras que en el caso del aceite de soja las declaraciones de exportaciones suman 2,60 millones de toneladas sobre un total estimado de 5,80 millones.
Las cotizaciones internacionales del aceite de soja –junto con el resto de los principales aceites vegetales– regresaron a los niveles presentes un año atrás, mientras que los precios de la harina de soja, si bien “aflojaron” en las últimas semanas, siguen firmes sólo por el hecho de la baja performance exportadora de la Argentina, lo que redunda en beneficio del resto de los exportadores del producto (EE.UU., Brasil y Paraguay).
Con un entorno cambiario y tributario ordenado, como el presente en el resto de los países del Mercosur, naturalmente los embarques argentinos programados de harina y aceite de soja se habrían concentrado en el período de más altos precios de ambos productos. Pero ahora ese “tren” pasó y es difícil que regrese en un contexto de creciente inestabilidad geopolítica.
Afortunadamente, lo que no se pudo aprovechar con la soja sí se logró con el maíz 2021/22, que a la fecha registra embarques declarados por 32,4 millones de toneladas sobre un total proyectado de 41,0 millones.