A partir de la reintroducción de los derechos de exportación en 2002 fue necesario establecer un marco normativo para habilitar el ingreso de insumos indispensables para las industrias exportadoras.
Así fue como surgió el régimen de “importación temporaria de mercaderías destinadas a recibir perfeccionamiento industrial”, implementado por el decreto 1330/2004, por medio del cual se facilitó el ingreso de insumos con la obligación de que los mismos, una vez procesados en territorio argentino, fuesen exportados para generar divisas.
El régimen, conocido popularmente como “de admisión temporaria”, fue desactivado en 2009 por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para ser reintroducido a comienzos de 2016 por la gestión de Mauricio Macri.
Desde entonces, en lo que respecta al complejo sojero, el poroto ingresa al país para elaborar harina y aceite de soja, el cual posteriormente se exporta. La alícuota del derecho de exportación (33%) se aplica sobre el valor agregado, es decir, sobre la diferencia del valor de la harina y el aceite exportado (FOB) menos el valor del poroto importado (CIF).
En épocas normales, la operación en términos cambiarios se instrumentaba por medio del acceso al mercado de divisas para poder girar los dólares al comprador –Paraguay y, en menor medida, Brasil y Uruguay– y luego recibir las divisas generadas por la exportación.
Pero en la actualidad, con el Banco Central (BCRA) virtualmente “seco” de dólares y “pateando” y obstaculizando autorizaciones de acceso a divisas a una legión de sectores productivos, esa alternativa no es factible.
Por lo tanto, son las propias industrias aceiteras, ya sea con capital propio o créditos de prefinanciación de exportaciones, las que deben aportar las divisas para poder originar soja en los países vecinos.
Cuando la harina y el aceite de soja elaborado en el marco del régimen de admisión temporaria finalmente se exporta, el gobierno argentino habilita que las divisas generadas por esa operación se restituyan al exportador por el monto equivalente a la soja importada –que fue, recordemos, financiada por la industria argentina–, mientras que el saldo resultante se liquida en el mercado cambiario argentino como una exportación habitual.
Si bien las estadísticas públicas siguen considerando el ingreso y egreso de divisas para calcular las exportaciones netas del complejo sojero, lo cierto es que, en los hechos, eso no sucede, pues la soja ingresada del exterior lo hace gracias al aporte de capital –propio u obtenido mediante financiación– de la industria aceitera argentina.
jaja sale de contrabando en pesos y vuelve legal en dolares somos divinos!!!!
Jajajaja pero es un contrabando legal, sabe el Gobierno a través de la AFIP y GENDARMERÍA!!!
Esto es una locura ja ja x misiones se fue a brasil en negro millones de kg ahora compran a brasil de nuevo es algo ilógico no