El glifosato es un herbicida de amplio espectro muy utilizado para controlar las malezas en cultivos extensivos, en especial la soja. También tiene un mercado urbano, ya que en algunos países se lo vende para el control de los yuyos y pequeños arbustos en los jardines. No se utiliza en cambio sobre los árboles frutales ni para la producción de ovinos ni para el avistaje de ballenas. Quizás por eso los políticos de Chubut puedan hacer decidido casi sin debate una prohibición total al glifosato en la provincia. La medida suena muy “progre” y no tiene costo político. Total allá el glifosato no se utiliza.
¿Para qué prohibir algo que no se usa? Esa es la pregunta que deberían hacer los habitantes de Chubut a sus legisladores y a su gobernador. Los primeros votaron a mitad de mayo pasado -por unanimidad- el proyecto de ley del diputado del Frente para la Victoria, José Grazzini prohibiendo en el ámbito chubutense la fabricación, comercialización y aplicación del herbicida glifosato en todas sus variantes.
En tanto, el gobernador Mariano Arcioni, que primero había declarado que iba a vetar esa ley, acaba de promulgarla esta semana. El documentado que oficializa la promulgación de la ley provincial tiene fecha del martes 4 de junio del 2019 y lleva la firma del gobernador.
En esta promulgación se acuerda con los principios del proyecto que establecían que “se prohíbe en todo el territorio de la provincia la importación, introducción, tenencia con fines de comercialización, fabricación, fraccionamiento, distribución, transporte y aplicación del herbicida glifosato en todas sus variantes. Como así también se prohíben todos los productos que tenga como base o principio activo el glifosato”.
Con esta decisión, Chubut se transformó en la primera en todo el país que prohíbe el uso del agroquímico, que es el más popular y el más odiado a pesar de que ha sido un insumo clave para que las cosechas argentinas de granos (que por cierto, no se siembran en Chubut) crezcan hasta superar las 140 millones de toneladas este año.
Son brillantes los políticos de Chubut, que legislan en base a informes no oficiales sobre el supuesto impacto del glifosato en la salud de personas que viven muy lejos de donde ellos están, por lo menos a más de 1.000 kilómetros de distancia. El debate es muy necesario, pero sería bueno que se produzca en las zonas donde realmente sí se usa este agroquímico.
Pero bueno.. Suena lindo en un año electoral ser parte de una épica de defensa ambiental prohibiendo un agroquímico que no tiene uso productivo conocido en esta lejana provincia patagónica. Es que en los valles bajo riego que tiene Chubut se producen algunos cultivos y pasturas que no necesitan glifosato. Tampoco es una opción interesante el aplicar este famoso matayuyos sobre una estepa donde apenas crecen plantas, porque casi no llueve.
El gobernador Arcioni, que se subió a esta gesta, primero había declarado que iba a vetar el proyecto detrás del mismo veía una maniobra electoral. “Fue un proyecto de ley que no se hizo participar absolutamente a nadie, con fines electorales, con una irresponsabilidad total, como lamentablemente nos tienen acostumbrados algunos diputados”, declaró. Pero después se subió a la fiesta. En el medio, debe haber pedido alguna encuesta.
¡Ay! Si el glifosato sirviera para erradicar políticos medriocres otra sería nuestra historia.
Tendrias que revisar la información antes…
https://inta.gob.ar/sites/default/files/script-tmp-inta_medioambiente23_controlrosamosqueta.pdf
https://inta.gob.ar/sites/default/files/script-tmp-inta_medioambiente24_manejo_y_control_de_sauces.pdf
Me parece inapropiado los conceptos vertidos en ésta nota, opinando desde 1500 km de distancia. Quizas debería fijarse en lugares mas cercanos (centro del país) donde el reclamo de los Pueblos Fumigados, hace sentir el impacto del uso del Glifosato.
Desde Chubut, respetando nuestro suelo ….-
por qué mejor en lugar de guitarrear no vierte conceptos técnicos que le sirvan para fundar su opinión, el derecho a expresarse no incluye el chamuyo. Toda esta batucada de impresentables no saben ni hacer un cero con un vaso y acceden a cargos públicos simplemente porque cualquier paparulo accede a la política; como si supieran, nos señalan el camino por dónde hay que ir, cuando en su mayoría no tienen ni de cerca la mínima idoneidad para los cargos que ocupan; así nos va en este país bananero, lleno de inútiles e inescrupulosos en cualquier cargo público que se quiera mirar, a estos en particular se les debería caer la cara de vergüenza invirtiendo su tiempo y con él la plata de los contribuyentes de Chubut que les pagan el sueldo , legislando sobre una sustancia absolutamente irrelevante a la real y efectiva protección del ambiente de esa provincia, mientras que por sólo citar un ejemplo entre muchos otros, hace 20 años que la desidia y la incapacidad que los inunda no les permite resolver la proliferación de gaviotas “muy bien alimentadas” en basurales a cielo abierto que luego van y atacan a las ballenas. Y la minería? bien , gracias, a resguardo de los “preocupados” por el ambiente. Sarta de payasos. Agarren los libros de química, las calificaciones sobre la toxicidad de las sustancias de la OMS, entérense de las garantías que ofrecen las BPA, desbúrrense informándose del universo de sustancias incomensurablemente más temibles por su LD50 usadas en los procesos de exploración y extracción de hidrocarburos que es la principal actividad económica de su provincia, arrodíllense y muestreen sus cursos de agua adyacentes a proyectos mineros, de haberse ocupado de lo que les es propio y con un poquito de vergüenza deberian haber encontrado en su propia ignorancia el limite para no opinar de lo que no conocen . Exactamente el mismo consejo le cabe al guitarrero de Rosario, otro inescrupuloso