La fabricante de maquinaria agrícola alemana Claas anunció que desde el 1 de octubre todos los equipos que se producen en sus fábricas de Harsewinkel y Le Mans.están preparados para funcionar al 100% con aceites vegetales hidrotratados (HVO), en reemplazo del diesel convencional. Además, las máquinas se llenarán con ese biocombustible antes de salir al mercado.
El aceite vegetal hidrotratado (Hydrotreated Vegetable Oil en inglés) es el diésel o gasoil renovable cuya materia prima es el aceite de cocina usado y que se obtiene mediante un tratamiento con hidrógeno como catalizador.
“En el futuro las máquinas podrán funcionar con este biocombustible líquido sostenible”, explicó un comunicado de la empresa, que se puso a tono con la exigencia social de esta época, que reclama menos emisiones de carbono perjudiciales para el ambiente. “Claas es consciente de esta responsabilidad y estudia detenidamente diferentes tecnologías de propulsión sostenibles”, indicó la compañía.
La apuesta a favor de los aceites vegetales hidrotratados (HVO), que cumplen con la última norma de emisiones (Tier V), marca un paso significativo en esta dirección.
“En el futuro inmediato no existen alternativas reales al motor de combustión para máquinas agrícolas de alto rendimiento. Por lo tanto, necesitamos soluciones que reduzcan las emisiones de combustibles fósiles asociadas con este tipo de propulsión. Los aceites vegetales hidrotratados son una opción ideal porque ya existen y sus impactos ambientales positivos son evidentes de inmediato. A su vez, no tienen efectos adversos significativos en los costos de fabricación, el consumo, el peso y la durabilidad”, indicó Martin von Hoyningen-Huene, vicepresidente ejecutivo de BU Tractor.
Por ahora, el gasoil es la principal fuente de energía para las máquinas agrícolas. Pero la tendencia apunta a una “desfosilización gradual”. Esto a mediano plazo determinará el desarrollo de futuros sistemas de propulsión, como los motores eléctricos. “Sin embargo, esto sólo será viable en la práctica con el respaldo de políticas de apoyo adecuadas”, indicó la fabricante alemana.
En ese mismo sentido apuntó que si bien la propulsión alimentada por batería ofrece ventajas para motores de baja potencia, esta tecnología alcanza sus límites con el aumento de los requisitos de potencia y energía. Por caso, “una picadora de forraje Jaguar propulsada por batería debería tener al menos el doble de tamaño y el doble de peso que un modelo actual con motor de combustión y combustible líquido para alcanzar un rendimiento y una autonomía comparables”, se explicó.
Por otro lado, “los combustibles gaseosos como el metano o el hidrógeno también tienen importantes desventajas en cuanto a su densidad energética y, por tanto, a sus necesidades de almacenamiento de energía.
En este incordio, Claas señaló que “adopta una actitud tecnológica abierta, ya que una desfosilización integral del sector agrícola exige examinar la disponibilidad y la rentabilidad de una amplia gama de soluciones”, según explicó Patrick Ahlbrand, de su división estratégica.
“En el futuro, los accionamientos alimentados por batería ofrecerán una alternativa adecuada para trabajos municipales, trabajos de campo ligeros y aplicaciones en el campo y sus alrededores. Sin embargo, para las cosechadoras y los grandes tractores de más de 150 CV, no existe una alternativa realista a los combustibles líquidos sostenibles a largo plazo”, agregó.
El HVO (aceite vegetal hidrotratado) que se cargará de prepo en los equipos nuevos es “hasta un 90% neutro desde el punto de vista climático”, ya que con esta medida Claas calcula que ahorrará 2.500 toneladas de CO2 al año.
Según la fabricante, para pasarse a este biocombustible no es necesario actualizar ni reemplazar las máquinas Tier V. “Pueden llenarse simplemente con HVO y utilizarse exactamente como antes, incluso con diésel, sin restricciones. Al mismo tiempo, los tanques de combustible agrícolas existentes se pueden seguir utilizando sin necesidad de modificaciones”.
El HVO se puede utilizar en su forma pura o como combustible mezclado en cualquier proporción con diésel convencional. Cuando se utiliza HVO100, las emisiones de CO2 se pueden reducir hasta un 90% durante todo el ciclo de vida en comparación con el diésel fósil. Al mismo tiempo, durante la combustión se emite menos óxido de nitrógeno y partículas.
El HVO se compone principalmente de desechos y residuos, incluidos aceite de cocina usado y grasas animales, además de aceites vegetales. En los procesos de producción posteriores, las materias primas biogénicas se convierten en hidrocarburos mediante una reacción con una pequeña cantidad de hidrógeno (hidrogenación). Este proceso modifica las características de los aceites vegetales para asemejarlos a los combustibles fósiles, lo que les permite ser utilizados como sustituto del diésel en máquinas de trabajo móviles.
En algunos países ese combustible ya está ampliamente disponible en las estaciones de servicio, ya sea en forma de HVO100 puro o mezclado con combustible diésel convencional. Por el contrario, en otros países como en la Argentina el HVO100 sólo puede venderse a través de grupos cerrados de usuarios, como las estaciones de servicio de empresas.
Los biocombustibles, tanto el biodiésel y el alcohol, son los que necesitan la menor transformación de los equipos y de las redes de abastecimiento actuales. Celebro el uso de biodiésel en máquinas agricolas. Hay que tener en cuenta que la electricidad para los autos eléctricos proviene de una matriz que en gran parte es fósil. Saludos